Sal de tu caparazón

“Me gusta nuestra nueva iglesia, ¿y a ti?”, comentó la mamá de Clarita.  “No te olvides de que tu clase para niños empezará pronto”.

Carlita caminó hacia el acuario, donde vivía su mascota tortuga, Shelly.  La niña arrojó hojas verdes frescas para que la tortuga comiera y dijo: “Mamá, estoy nerviosa por la nueva clase.  ¿Y si no les caigo bien a los otros niños?  ¿Y si no logro hacer amigos?”

Su madre fue donde estaba su hija y puso la mano en su hombro, mientras ambas observaban cómo la tortuga sacaba la cabeza de su caparazón.  Salió lentamente y avanzó para comer las hojas que Clarita le había dejado.

Mamá sonrió a la niña.  “¿Viste lo que hizo Shelly?”

“¿A qué te refieres?”, preguntó Clarita.  “Solo está comiendo las hojas que le di”.

“Sí, pero para que Shelly pudiera comer, primero tuvo que salir de su caparazón.  Tuvo que sacar su cuello para caminar hacia la comida que quería”.  Mamá miró a Clarita.  “A veces tenemos que salir de nuestros caparazones también”.

“Mamá, ¡yo no tengo caparazón!”, aseguró Clarita.

“Lo que quiero decir es que en ocasiones debemos dar un paso y hacer cosas que nos dan miedo, por nuestro propio beneficio”, respondió su madre.  “Si queremos hacer amistades, debemos ir y ser amistosas”.

“Oh, ya veo lo que quieres decir”, señaló Clarita.  “Te refieres a que si quiero hacer amigos, voy a tener que ser valiente para portarme amigable con los demás niños”.

Mamá asintió.  “La iglesia es el lugar donde vamos para aprender sobre Jesús y adorarlo, pero es también donde tenemos compañerismo con otros creyentes.  Pasar tiempo con otros cristianos nos alimenta espiritualmente.  Es una de las maneras en que Jesús nos ayuda a crecer y conocerlo mejor”.  La madre apuntó el acuario donde Shelly lentamente masticaba su comida.  “Pero para tener compañerismo, debes estar dispuesta a salir de tu caparazón”.

La mamá abrazó a su hija con delicadeza.  “Sé que a veces es difícil, pero recuerda que Jesús está contigo.  Confía en que Él te ayudará a acercarte a otros”.

Mientras su madre se alejaba, Clarita se detuvo a observar cómo Shelly mordisqueaba las hojas y se puso a reflexionar en lo que su mamá acababa de decir.  —  KATRINA DOUGLAS

ACÉRCATE A OTRAS PERSONAS

VERSÍCULO CLAVE: JOSUÉ 1:9

¡SÉ FUERTE Y VALIENTE! NO TEMAS NI TE ACOBARDES, PORQUE EL SEÑOR TU DIOS ESTARÁ CONTIGO DONDEQUIERA QUE VAYAS.

¿Alguna vez has sentido nervios por conocer a gente nueva?  ¿Te preocupa que los demás no quieran ser tus amigos?  Conocer a las personas de un nuevo lugar puede asustarnos, pero recuerda que Jesús está contigo.  Él te ayudará a hacer amistades con otros cristianos que alimentarán tu alma.  No tengas miedo de salir de tu caparazón para que puedas tener compañerismo con otras personas.

Clave de Hoy
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