Proyecto de restauración
Papá no se veía contento cuando recogió a su hijo de la oficina del director. Jacinto siguió lentamente a su padre al automóvil. Sabía que estaba en problemas. Otra vez.
De camino a casa, vieron a un hombre que arrastraba una vieja cómoda por la vereda. Papá estacionó su camioneta en un costado de la calle. “Disculpe”, le dijo al hombre. “Si quiere deshacerse de esa cómoda, ¿podría llevármela?”
“Tómela”, contestó el hombre, quien ayudó al padre a cargar el mueble en el cajón de su camioneta.
“¿Por qué quieres esa cómoda tan destartalada?”, preguntó Jacinto mientras se alejaban.
“Te lo diré después”, respondió papá. “Primero conversemos sobre tu comportamiento en la escuela”.
Jacinto puso todas las excusas que se le ocurrieron para escapar de un castigo. El padre solamente frunció el ceño. “Me meto en peleas porque no puedo controlar mi carácter”, finalmente admitió el niño.
“Hubo una época en la que tampoco podía controlar el mío”, le contó su papá. “Cuando tenía tu edad, me metía en muchas peleas. Traté de cambiar mi comportamiento, pero todos mis intentos fracasaron. Finalmente puse mi confianza en Jesús para que este sea mi Salvador. Desde entonces, he sido una persona diferente. Todavía tuve que trabajar en mi ira. Hasta ahora hay veces que me cuesta, pero Jesús me ayudó a cambiar la forma en que pensaba acerca de las personas. Él me ayudó a controlar mi enojo por amor a la gente”.
Cuando llegaron a la casa, el padre indicó: “Hay algo que quiero que veas”. Él llevó a Jacinto a su taller y apuntó una hermosa mesa antigua.
“¡Guau! ¿Dónde la conseguiste?”, preguntó el niño.
“Tu tío Guillermo me la dio”, afirmó papá.
“¡No te creo!”, exclamó Jacinto. “¿Es la misma mesa que tenía guardada en su granero?”
“Esa misma”, señaló el padre. “Cuando vi esa mesa por primera vez, estaba destartalada, pero sabía que podía restaurarla y convertirla en algo útil. Y Jesús está haciendo lo mismo por ti. Él te ha convertido en una nueva persona y te ha dado el Espíritu Santo para ayudarte, de modo que puedas responder a los demás de una manera que demuestre Su amor. Al igual que esta mesa, Jesús puede hacerte mejor de lo que creías posible”.
“¿En verdad lo crees?”, preguntó Jacinto.
“Lo sé”, aseguró papá. — DAVID J. BELLEAU
JESÚS PRODUCE CAMBIOS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:18 (NTV)
AHORA SON LIBRES DE LA ESCLAVITUD DEL PECADO Y SE HAN HECHO ESCLAVOS DE LA VIDA RECTA.
¿Tienes malos hábitos o actitudes negativas que sientes que no puedes superar? Si deseas cambiar, el primer paso es acudir a Jesús para obtener la salvación. Cuando confías en Jesús, Él te hace una nueva persona. Al mismo tiempo que obtienes el perdón de Dios, recibes Su Espíritu. Mientras el Espíritu Santo trabaja en tu vida, Su poder te cambiará de adentro hacia afuera y te formará como la persona que Dios quiere que seas.
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