Por tu propio camino

Natanael ahogó un grito cuando vio un destello blanco a través de los árboles.

—Un venado —susurró.

Con cuidado se abrió paso entre palos y ramas caídas para acercarse al venado. El niño miraba hacia atrás de reojo; todavía podía ver el campamento de su familia, así que avanzó. Cuando se acercó un poco más al venado, este salió corriendo entre los árboles. Natanael corrió para atraparlo, pero pronto lo perdió de vista. Entonces se detuvo junto a un pequeño arroyo.

—Adiós, señor Venado —gritó mientras se daba la vuelta para regresar al campamento, pero… ¿dónde estaba el campamento? En un segundo, Natanael se dio cuenta de que estaba perdido.

La emoción del niño se convirtió en terror cuando recordó la advertencia del guardaparques de que había osos en la zona. «Amado Dios», oró. «¡Tengo miedo! Sé que no debía perder de vista nuestro campamento, pero lo olvidé. ¡Lo siento! Por favor, ayúdame a encontrar el camino de regreso».

En ese momento, Natanael oyó una voz por encima del borboteo del arroyo.

—¡Natanael! —gritaba alguien—. ¡Natanaeeeel!

—¡Papá! —gritó el niño en respuesta. El niño corrió hacia el sonido de la voz y en pocos minutos estaba en los brazos de su padre.

—¿Dónde estabas? —preguntó papá—. Te dijimos… —pero el regaño se detuvo cuando los temores de Natanael se convirtieron en lágrimas—. No pasa nada, hijo —le consoló su padre, abrazándolo con fuerza.

En el devocional familiar alrededor de la fogata, papá preguntó:

—Natanael, ¿qué pasó cuando no seguiste nuestras instrucciones hoy?

—Me perdí —confesó Natanael—. Sabía que debía permanecer cerca de nuestro campamento y no era mi intención desobedecer, pero seguí por mi propio camino sin pensar.

Su padre asintió.

—Todos hacemos lo mismo a veces como cristianos, ¿verdad? En lugar de obedecer a Dios, hacemos lo que queremos.

—Pero tú viniste a buscarme, papá —indicó el niño.

Papá sonrió.

—Sí, y Jesús hace lo mismo por nosotros. Él vino a buscarnos cuando éramos pecadores perdidos, y tomó el castigo por nuestros pecados sobre Sí mismo al morir en la cruz, para que podamos ser salvos. Jesús continúa mostrándonos Su amor y perdón cuando desobedecemos y vamos por nuestro propio camino.

—Me alegra mucho que me hayas encontrado hoy, papá —dijo Natanael—. Y me alegra también que Jesús venga a buscarnos cuando nos alejamos y nos perdemos.

ANIEL A. BURNS

JESÚS OFRECE EL PERDÓN

VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10

PORQUE EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.

¿Te has alejado del camino de Dios al hacer las cosas a tu manera y no como Él nos manda? La Biblia dice que todos nos hemos alejado de Dios y lo hemos desobedecido, y por eso Jesús vino a la tierra, para salvar a los pecadores perdidos. No importa cuántas veces te alejes, Jesús te ofrece Su perdón. Deja de ir por tu propio camino y regresa a Sus brazos de amor que te esperan para darte la bienvenida a tu hogar.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *