El secreto para tener una vida feliz

Maya estaba perdida en sus pensamientos mientras ayudaba a su madre a guardar los platos.

—Te doy un centavo si me dices lo que piensas —preguntó mamá, dándole un empujoncito.

—¡Mis pensamientos valen mucho más que eso! —contestó Maya con una sonrisa—. Pero ya que eres mi mamá, te los daré gratis. Estaba pensando en algo que mi maestra dijo esta mañana en la iglesia. Dijo que la única manera para que nosotros, los cristianos, realmente estemos felices es si hacemos lo que Dios quiere que hagamos, en lugar de lo que queramos —la niña hizo una pausa—. No tiene sentido. ¿Cómo podemos ser felices si siempre estamos haciendo las cosas que no queremos?

—Estoy de acuerdo en que, si la vida cristiana fuera cuestión de forzarnos a nosotros mismos a hacer cosas desagradables, sin duda no podríamos disfrutarla —afirmó su madre—. Pero ¿qué te hace pensar que no vas a querer hacer lo que Dios te pide?

Maya se encogió de hombros.

—Bueno, si hago lo que Dios me pide en lugar de lo que quiero, eso significa que en realidad no quiero hacer lo que Él me dice, ¿verdad?

—Pensemos en eso —sugirió mamá—. Cuando llegaste a casa después de la escuela, ¿qué hiciste?

—Fui a la casa de al lado y le ayudé a la señora González a lavar las ventanas —comentó Maya.

—Nunca te ha gustado lavar las ventanas, entonces, ¿te sentiste miserable mientras hacías eso? —preguntó su madre.

Maya negó con la cabeza.

—No. La señora González me cae muy bien. Lo hice porque me alegra mucho ayudarla, no porque tenía que hacerlo. De hecho, ¡lo disfruté mucho!

—En otras palabras, la ayudaste por amor —explicó mamá—. Ese es el verdadero secreto de una vida cristiana feliz. Si tratamos de servir a Dios por obligación, solo sentiremos que estamos renunciando a las cosas que quisiéramos hacer. Pero cuando miramos a Jesús como nuestra fuente de gozo y contentamiento, podemos servirlo por amor y gratitud. ¡Eso es lo que hace la diferencia! Cuando recordamos que Su Espíritu está obrando en nosotros, haciendo que nuestros deseos se parezcan más a los Suyos, podemos sentir gozo cuando nos guía para servir al Señor y demostrar Su amor a otros.

Maya asintió, pensativa.

—Jesús me ama y murió por mí, y me llena de gozo todos los días. Quiero servir al Señor por amor por todo lo que ha hecho por mí.

SHERRY L. KUYT

SIRVE A DIOS POR AMOR, NO POR OBLIGACIÓN

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:10

HAGAMOS BIEN A TODOS SEGÚN TENGAMOS OPORTUNIDAD.

¿Tienes miedo de que Dios te pida hacer algo que no quieres? A veces el Señor nos pide que hagamos cosas que son difíciles, pero recuerda que Jesús, la fuente de todo el gozo y el contentamiento, estará contigo. Debido a que Él te ha dado Su Espíritu, puedes servirlo por amor, por todo lo que ha hecho por ti. Confía en que el Señor te guiará para hacer lo que Él desea que hagas, porque sabes que Dios quiere llevar tu vida con el gozo que viene de compartir Su amor con los demás.

Clave de Hoy
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