Pásame la sal (Parte 2)

“Muy bien, chicos”, dijo el señor Arellano, el maestro de Cristian en la iglesia, “nuestro versículo de hoy es Colosenses 4:6: ‘Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal’.  ¿Qué hace la sal?”

¡Cristian sintió que sabía un poco de ese tema, así que levantó su mano!  “Agrega sabor”, indicó mientras compartía con la clase lo que había aprendido con la cena del pescado sin sal que su familia había experimentado el día anterior.

“Entonces, los cristianos agregan sabor a las vidas de otras personas al compartir del amor de Dios con ellos”, comentó el señor Arellano.  “Muy bien.  ¿Alguien puede pensar en alguna otra cosa que haga la sal?”

“La sal da sed”, dijo Isabela.  “Cuando comemos cosas saladas, como papitas fritas, nos da sed”.

“Bien pensado”, señaló el señor Arellano.  “Y, como la sal, los cristianos hacen que la gente a su alrededor tenga sed… sed de Jesús.  Cuando las personas ven lo que significa conocer a Jesús para nosotros y escuchan lo que Él ha hecho por nosotros, eso despierta su interés por conocer más acerca de Él”.

Safira levantó su mano ansiosamente.  “Mi papá dijo que uno de los hombres con los que él trabaja le preguntó por qué es tan paciente cuando las cosas salen mal.  Mi papá aprovechó la oportunidad para hablarle de Jesús, ¡y este hombre y su esposa vinieron hoy a la iglesia con nosotros!”

“¡Qué excelente!”, afirmó el señor Arellano.

Carlos frunció el ceño.  “Pero no siempre funciona así, ¿verdad?  Mi mamá siempre se porta bien con la vecina, pero cada vez que mi mamá trata de hablar con ella sobre Jesús, ella se enoja y no quiere escuchar”.

“Es porque la sal tiene otro uso más que deberíamos considerar”, explicó el señor Arellano.  “En los tiempos anteriores a la medicina moderna, la sal usualmente se utilizaba para desinfectar una herida.  Cuando se la aplicaba a la herida, ardía, pero era necesaria para la sanidad, incluso si dolía.  De cierta manera, hablar a otros sobre Jesús podría también tener un efecto de escozor en las personas porque se vuelven conscientes de su pecado.  Puede que eso no les guste, pero, al igual que la sal, la verdad es necesaria, incluso cuando duele”.

El señor Arellano sonrió a Carlos.  “A lo mejor tu vecina esté empezando darse cuenta de que es pecadora debido a las cosas malas que ha hecho en el pasado.  Oremos para que tu mamá siga compartiendo el amor de Jesús con ella y para que lo conozca como su Salvador”.  – A. W. SMITH

CUENTA A LOS DEMÁS ACERCA DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 4:6

QUE SU CONVERSACIÓN SEA SIEMPRE CON GRACIA, SAZONADA COMO CON SAL, PARA QUE SEPAN CÓMO DEBEN RESPONDER A CADA PERSONA.

¿Haces que los demás tengan sed de Jesús?  ¿Alguien ha querido conocer más sobre Él después de oír lo que Él ha hecho por ti?  ¿O quizá alguien se ha puesto a la defensiva o se ha enojado cuando le hablaste de Jesús?  No te sorprendas ni te desanimes si algunas personas reaccionan de ese modo.  Recuerda que la sal tiene muchos usos.  Confía en que Jesús te ayudará a ser fiel para aplicar la sal, y déjale los resultados a Él.

Clave de Hoy
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