Parecidos pero diferentes

“¡Mamá, soy tan mensa!”, gritó Viviana cuando llegó a casa, después de la escuela.  “¿Por qué no puedo ser más inteligente?”

“¿Qué sucede, hijita?”, preguntó su madre.

Con lágrimas en los ojos, Viviana le entregó a su mamá el examen de matemáticas.  “Saqué la peor calificación de mi clase”, dijo con voz temblorosa.

“Oh, hija, ¡lo siento!”, expresó la madre.  “Sé que estudiaste mucho para ese examen, pero eso no significa que no seas inteligente”.

“Sí significa”, aseguró Viviana.  “Nadie más tiene tantos problemas con las matemáticas.  ¿Por qué no puedo ser como la gente normal?”

Mamá miró por la ventana.  “Está nevando”, comentó.  “¿Recuerdas el reporte que hiciste sobre los copos de nieve hace un tiempo?”  Viviana asintió.  “Los copos de nieve tienen muchas cosas en común”, explicó su madre.  “Todos son iguales, ¿verdad?”

“No, mamá”, contestó Viviana.  “No existen dos copos de nieve que sean iguales.  Eso escribí en mi reporte.  ¡Tú lo sabes!”

La madre sonrió.  “Sí, lo sé.  Hija, Dios nos hizo como esos copos de nieve, nadie es igual.  Cada persona es parte de la creación de Dios.  Cada uno tiene su propia belleza y es especial.  Por ejemplo, tú.  Las matemáticas son difíciles para ti, pero pues tocar el piano, puedes tocar música que chicos que te doblan en edad no pueden tocar.  ¿Eso los hace mensos?”

“No”. Viviana negó con la cabeza.

“Dios nos hizo diferentes por una razón”, afirmó mamá.  “Él te dio talentos y habilidades diferentes a los de otras personas, pero todos sirven para el mismo propósito: dar gloria y honor a Jesús, y mostrar a los demás quién es Él.  Eso es lo más importante”.

Viviana miró su examen de matemáticas.  “Entonces, ¿está bien si no soy buena en matemáticas?”  Su madre asintió y la niña sonrió.  “¡Qué bien!  ¿Puedo deshacerme de mi libro y olvidarme de eso?”

Mamá rio y negó con la cabeza.  “Lo siento.  Solo tendrás que esforzarte aún más en matemáticas.  Yo puedo ayudarte y Jesús también te ayudará.  Pero recuerda, Él te ama, sin importar la calificación que saques en matemáticas… o cómo te vaya en cualquier otra cosa.  Simplemente haz tu mejor esfuerzo y confía en Dios para los resultados”.

“Está bien”, dijo Viviana.  “Así lo haré”.  —CHRISTINE P. HONEY

USA TUS TALENTOS PARA JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 12:4  (NTV)

HAY DISTINTAS CLASES DE DONES ESPIRITUALES, PERO EL MISMO ESPÍRITU ES LA FUENTE DE TODOS ELLOS.

¿Te sientes mal cuando te va mal en algo?  Recuerda que nadie sobresale en todo.  Dios da diferentes talentos a las distintas personas, y Él te ha concedido algunas habilidades.  Puede que sean en el área de la música, la oratoria, ayuda, amistad o un sinnúmero de posibilidades.  Aprovecha las oportunidades que tienes ahora en tu vida para que puedas descubrir y desarrollar tus talentos.  Dale gracias a Jesús por crearte como eres, y utiliza los talentos que Él te ha dado para Su gloria.