No seas un pollo
Norberto y Eliza siguieron a su abuelo hasta el gallinero. “Estas aves están listas para su cena”, comentó el anciano mientras las gallinas cacareaban con fuerza. Norberto lanzó un puñado de granos y los pollos salieron corriendo para recogerlos con sus picos antes de tragarlos.
A uno de los pollos le costaba conseguir alimentos. Cada vez que trataba de comer, el grano era picoteado por los demás. “¡Mira, abuelo!” Norberto apuntó una manchita roja en el cuello del pollo. “¡Ese pollito está herido!” En ese momento, una gallina grande punzó el lastimado, haciéndolo más grande.
El abuelo cargó al pollo herido. “Vamos, Dixie”, le dijo. “Te vamos a separar de los demás hasta que tu cuello sane”. Norberto y Eliza siguieron al anciano que cargaba al inquieto pollo para llevarlo al granero.
“¿Por qué los demás pollos y gallinas lo estaban picoteando?”, preguntó la niña.
“Es un comportamiento típico en los pollos que se llama orden de picoteo”, contestó el abuelo. “Los pollos más grandes y fuertes comen primero y con frecuencia picotean a los que están heridos o son diferentes al resto”.
“¡Eso es cruel!”, opinó Eliza.
“Sí, es cruel”, afirmó el abuelo mientras ponía a Dixie en una caja. “¿Sabían que las personas a veces actúan igual que esas gallinas crueles?”
Eliza asintió. “A veces los niños de la escuela se burlan de otros por cómo se ven o cuando les cuesta hacer algunas actividades”.
“O si vienen de otro país y hablan o hacen las cosas de un modo diferente de lo que estamos acostumbrados aquí”, agregó Norberto.
“Es terrible cuando la gente actúa como los pollos”, comentó el abuelo. “En vez de ayudar a otros, hacen que las heridas empeoren. Pero ustedes pueden ayudar a sanar esos lastimados”.
“¿Nosotros?”, preguntó Norberto. “¿Cómo?”
“Mostrando a las personas el amor de Jesús. ¡Él puso patas arriba el orden de picoteo!”
Eliza arrugó las cejas. “¿Lo dices porque Él murió por nuestros pecados, a pesar de ser Dios?”
El abuelo afirmó con la cabeza. “A pesar de que Dios es más grande y fuerte que cualquiera, Jesús estuvo dispuesto a venir a la tierra como un bebé y morir en una cruz para rescatarnos del pecado… así como rescatamos a Dixie de esas gallinas crueles. Él lo hizo porque nos ama a todos nosotros, a las personas que Él creó para que fueran diferentes unas de otras. Con la ayuda de Dios, podemos amar también a todos”. — CAROLYN E. YOST
ACEPTA LAS DIFERENCIAS EN LOS DEMÁS
VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 5:14
AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.
¿Alguna vez te has burlado de otros niños por ser diferentes? ¿Tú mismo has sido objeto de burlas? Fastidiar a otros porque se ven o actúan diferente a ti es lo que hacen los pollos. ¡No seas un pollo! Más bien sé la clase de persona que fue Jesús, alguien que estuvo dispuesto a renunciar a Su lugar más alto para rescatarnos a todos los que estábamos en lo más bajo. Muestra el amor de Jesús y Su bondad a todos y acepta sus diferencias.
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