Cuando te derriban

“¡Infame!”, gritó Adrián.  “Regaste tu jugo de naranja en mi proyecto de arte, Isaac.  Ahora tendré que volverlo a hacer”.  El niño agarró la hoja de papel.  “¡Quisiera que no fueras mi hermano!”

“Lo siento”, expresó Isaac mientras las lágrimas llenaban sus ojos.

“¡Oye!”  La voz de Adrián subió de tono.  “Eso no es jugo de naranja.  ¡Es gaseosa de naranja!  ¿Cómo es que a ti te dieron gaseosa de naranja y a mí no?”

Su madre llegó corriendo a la cocina para confrontar a su enfadado hijo.  “Adrián, te he enseñado que no le digas esas cosas a tu hermano”, advirtió severamente.

“Bueno, Isaac arruinó mi proyecto de arte”, indicó Adrián.  “Además, ¿cómo es que a él le dieron gaseosa de naranja y a mí solo jugo?  Los vasos se veían iguales”.

“Quedaba solo un vaso de gaseosa de naranja de su fiesta de cumpleaños de ayer”, explicó mamá, “así que le dije a tu hermano que podía tomarlo.  Pero tienes razón, se veían iguales.  No te diste cuenta de lo que había dentro del vaso hasta que fue derribado.  Del mismo modo, no nos dimos cuenta de lo que había dentro de ti hasta que fuiste derribado”.

Adrián negó con la cabeza.  “Isaac no me derribó.  Derribó su vaso y se derramó encima de mi proyecto de arte”.

“Lo sé”, aseguró su madre, “pero cuando pasa algo que arruina nuestros planes o esfuerzos, es como un golpe que nos derriba y nos saca del camino”.

Adrián se veía confundido.  “¿A qué te refieres?”, preguntó.

“Cuando las cosas no salen como queremos, se derrama lo que hay dentro de nuestros corazones.  Si nuestros corazones están llenos de paciencia y bondad, saldrán palabras amables.  Pero si albergamos malas actitudes o enojo, saldrán palabras crueles”.  Mamá levantó sus cejas.  “Isaac derramó gaseosa, pero tú derramaste palabras crueles.  ¿Qué es peor?”

Adrián miró el piso.  Luego se volvió a su hermano.  “Siento mucho haberme enojado contigo y haberte dicho cosas feas”, dijo.  “¿Me perdonas?”

Isaac se veía feliz y dijo que sí con la cabeza.  “Si quieres, puedo ayudarte con tu proyecto de arte”.

“¡Bueno!”, señaló Adrián.  “Pero primero tengo que pedirle a Jesús que también me perdone”.

Su madre asintió.  “Él te perdonará y también te ayudará a recordar que Él ha llenado tu corazón con Su amor para que puedas derramarlo sobre las demás personas a través de tus palabras”.  —  LINDA R. STAI

DERRAMA EL AMOR DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO  12:34 (DHH)

DE LO QUE ABUNDA EN EL CORAZÓN, HABLA LA BOCA.

¿Qué sale de ti cuando te derriban, cuando las cosas no te salen bien?  Si tienes una actitud egoísta e impaciente, confiésalo a Jesús.  Recuerda que Él ha llenado tu corazón con paciencia, bondad y comprensión, con el tipo de amor que Él tiene para cada uno de nosotros.  Entonces, cuando algo te derribe, confía en que Él te ayudará a permitir que las personas vean que Su amor sale de tu interior.

Clave de Hoy
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