No hay vuelta atrás

«¡Estela me hace enojar tanto!», pensó Melania furiosa mientras caminaba a su casa después de visitar a Estela. Las dos amigas habían discutido y ahora Melania estaba pensando en las cosas que le hubiera gustado decirle a Estela… que no eran tan agradables. «Bueno, no regresaré más a esa casa. Le voy a mandar un mensaje para decirle todo lo que pienso de ella», pensó. Durante todo el camino, se puso a planear lo que iba a decir.

—Eso la arreglará —balbuceó Melania después de enviarle una nota llena de enojo a su amiga. Pero, mientras iba para la cocina, empezó a sentirse mal. Estela era su mejor amiga.

Su madre estaba haciendo la cena y Melania se sentó en un taburete frente al mesón de la cocina. Mamá la vio.

—¿Estás con algún problema? —preguntó—. No te ves muy feliz.

—Es que… yo… —Melania soltó la historia—. No debí haber enviado ese mensaje —admitió—. Espero que no lo haya visto todavía. ¿Qué puedo hacer para que no lea?

La madre negó con la cabeza.

—Lo siento, hija, pero temo que no puedes hacer nada.

—Tal vez puedo llamarla y pedirle que lo borre sin leerlo —sugirió Melania.

—¿En serio crees que eso vaya a funcionar? —preguntó mamá. La niña suspiró y respondió que no con su cabeza—. Una vez que enviamos algo, no podemos traerlo de regreso —aseguró su madre.

—¡Pero, mamá! —lloriqueó Melania—. ¿Qué puedo hacer?

—Llamarla es una buena idea, pero llámala para pedirle perdón y decirle que estás arrepentida.

La niña se sonó la nariz.

—Está bien —afirmó—. Así lo haré.

—Y que esto te sirva como recordatorio para la próxima vez que te sientas tentada a decir o escribir palabras hirientes a otra persona —indicó su madre—. Recuerda que, así como no puedes borrar las palabras de ese mensaje, tampoco podemos anular las palabras que decimos una vez que han salido de nuestra boca. Por eso la Biblia nos dice que tengamos mucho cuidado con las palabras que decimos, y también con nuestros pensamientos y acciones. No podemos dar vuelta atrás en ninguna parte de nuestras vidas.

—Entonces debemos cuidar lo que decimos y lo que hacemos desde un inicio, ¿cierto? —comentó Melania, pensativa—. Hoy yo no tuve mucho cuidado, y siempre lo recordaré.

—Qué bueno —expresó mamá—. También deberías recordar que podemos pedirle a Jesús que nos perdone y nos ayude a cambiar nuestras costumbres cuando no tenemos el cuidado necesario y no demostramos a otros Su amor. Y también podemos pedirles perdón a quienes hayamos ofendido.

SHERRY L. KUYT

VIVE CON CUIDADO

VERSÍCULO CLAVE: TITO 2:12 (NVI)

[LA GRACIA DE DIOS] NOS ENSEÑA A… VIVIR EN ESTE MUNDO CON JUSTICIA, PIEDAD Y DOMINIO PROPIO.

¿Hay cosas que quisieras no haber dicho o hecho? No hay vuelta atrás para borrar esas palabras o acciones, pero sí puedes decirles a las personas que lo lamentas y pedirles perdón. Puedes pedirle también a Jesús que te perdone. Él lo hará y te ayudará a cambiar de actitud, para que los demás puedan ver Su gracia y amor en tu vida. Considera cada día como un regalo de Dios y confía en que Él te ayudará a vivir con cuidado.

Clave de Hoy
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