No es tan diferente

“Hola”, Ulises saludó a Ariana cuando llegó después de la escuela.  “Mamá invitó a una niña, a una hija de misioneros, para que venga a cenar y vaya con nosotros al concurso de talentos de la escuela hoy en la noche.  Ella se llama Laura y su familia vive en África.  Esta semana están visitando al pastor Bonilla y mamá creyó que a Laura le gustaría conocer a otros chicos de su edad”.

“Oh, grandioso”, se quejó Ariana, torciendo los ojos.  “Probablemente ella usa ropa rara y no tiene la más mínima idea de cómo se debe actuar aquí.  Y todos los chicos de la escuela me verán con ella.  ¡Qué vergüenza!”

“Por favor, Ariana”, indicó Ulises.  “¡A veces eres tan ridícula!”  El niño se fue para jugar baloncesto con otro amigo que vivía al frente.

Con el ceño fruncido, Ariana entró en la casa, donde su madre le repitió lo que Ulises le había contado.  “¡Pero, mamá!”, exclamó Ariana.  “¿De qué voy a platicar con una extraña que viene de un lugar extraño?”

“No te preocupes, hijita”, afirmó mamá.  “Ella es una niña común y corriente, como tú”.  Ariana dudó de sus palabras.

Cuando Laura llegó, Ariana tuvo que admitir que su ropa no se veía diferente.  De hecho, ¡su ropa era genial!  Y tampoco actuaba diferente.  Cuando su madre le explicó que irían a comer a un restaurante de comida rápida antes del concurso de talentos, Laura sonrió.  “Es mi restaurante favorito.  En Nairobi hay uno de esos y de vez en cuando vamos allá”.

Mientras comían, mamá y papá le preguntaron a Laura sobre su escuela y su vida en África.  En pocos minutos, Ariana estaba ansiosa por unirse a la conversación.  Era divertido aprender sobre un nuevo lugar y un estilo de vida distinto.

“Eso fue divertido”, comentó la niña después que fueron a dejar a Laura.  “Ella y yo vamos a seguir en contacto después que se regrese a África”.

“¡Qué bien!”, señaló su madre.  “Me alegra que hayan compaginado.  Pero incluso si no tuvieran tantas cosas en común, todavía son hermanas en Cristo porque ambas Lo conocen como su Salvador.  Jesús nos une con todos los cristianos.  Esa es la razón por la que debemos ser amables y hospitalarios con ellos, sin importar de dónde vengan o cuán diferentes sean de nosotros”.

“Sí, tienes razón”, admitió Ariana.  “Lo recordaré la próxima vez que tengamos la visita de otros misioneros”.  —  LINDA M. WEDDLE

SÉ AMABLE CON LOS DEMÁS CRISTIANOS

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:10

HAGAMOS BIEN A TODOS SEGÚN TENGAMOS OPORTUNIDAD, Y ESPECIALMENTE A LOS DE LA FAMILIA DE LA FE.

¿Eres amable y hospitalario con las personas que son diferentes a ti?  Te sorprenderá darte cuenta de que no son tan diferentes, después de todo.  Pero sin importar cuán parecidos o diferentes sean los demás, Jesús quiere que les muestres bondad, especialmente si también Lo conocen como su Salvador.  En lugar de enfocarse en las diferencias, aprendan unos de otros como hermanos en Cristo.

Clave de Hoy
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