Mira por dónde caminas

“Hola, Esteban”.

Sorprendido, el niño levantó la mirada.  Al ver a su tío, apagó enseguida su tableta.  “¡Oh, tío Fausto!  No… no te oí entrar”.

El tío levantó las cejas.  “Así me doy cuenta.  Solo vine para ver si quisieras ir conmigo al sitio donde están construyendo el nuevo banco.  Necesito hablar con el ingeniero”.

“¡Qué genial!”  Esteban se puso de pie de un brinco.  “Voy por mi abrigo”.

Cuando llegaron a la construcción, el niño y su tío se pusieron sus cascos.  Esteban protegió sus ojos para observar cómo los trabajadores de la construcción caminaban por las alturas, en lo más alto de la estructura de acero.  “¡Guau!”, exclamó.  “¡Qué miedo!”

“Sí, sí da miedo”, afirmó el tío Fausto.  “Jamás verás a uno de los que trabajan con el acero corriendo, saltando o haciendo volteretas mientras trabajan”.

Esteban rio y pestañeó por el brillo del sol en sus ojos.  “¡Supongo que no!”

“Los que trabajan en las estructuras más altas deben tener cuidado de cada paso que dan”, explicó el tío Fausto.  “Ellos me hacen acuerdo de un versículo de la Biblia que dice cómo deberían andar los cristianos por la vida”.

“¿Existe un versículo que diga eso?”, preguntó Esteban, con asombro.  “¿Qué dice?”

“Dice: ‘Tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios’.  Eso significa que debemos considerar de la manera más cuidadosa todas las consecuencias de lo que hacemos”.

“Me parece una buena idea”, aseguró Esteban.

“Sí, sería insensato que esos trabajadores que están allá arriba no anden con cuidado”, indicó el tío Fausto, “y es igual de insensato que los cristianos no vivamos con cuidado.  Ya que Jesús nos ha hecho libres del pecado y somos hijos de Dios, debemos demostrarlo con todo lo que hacemos y decimos… y con lo que vemos en Internet”.

Estaban bajó la mirada, avergonzado al ver que su tío lo miraba de cerca.  “Tú lograste ver lo que yo observaba en mi tableta, ¿verdad?”  El niño suspiró.  “Nunca puedo ocultarte nada”.

“De mí, tal vez podrías, pero nunca de Dios”, le recordó el tío Fausto.  “Ver ese tipo de cosas no solo está mal.  No es sabio hacerlo porque, una vez que empiezas, puede ser muy difícil dejarlo”.

Esteban miró hacia arriba para ver a los trabajadores que caminaban muy por encima de ellos.  “Andaré con más cuidado de hoy en adelante”, le prometió a su tío.  —              BARBARA J. WESTBERG

CAMINA SABIAMENTE Y CON CUIDADO

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 5:15

TENGAN CUIDADO CÓMO ANDAN; NO COMO INSENSATOS SINO COMO SABIOS.

¿Cómo te está yendo en tu caminar cristiano?  ¿Andas con cuidado?  ¿O sigues la corriente de lo que hacen todos los demás?  Todo lo que hagas tiene consecuencias, buenas o malas.  Eso moldeará tu vida y, si conoces a Jesús como tu Salvador, tu vida debería estar enfocada en Él.  Cuida cada paso que das.  Dios te ha dado sabiduría para que todo lo que hagas y digas pueda mostrar a los demás que caminas con Él.

Clave de Hoy
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