Los chicles y la depre

Betania miraba fijamente por largo tiempo la exhibición de chicles y dulces que había en la fila para pagar en el supermercado.

—Mamá, ¿puedo comprar un paquete de chicles? —preguntó.

—Hoy no, hija —contestó su madre, quien sonaba nerviosa.

Volviéndose a los dulces, Betania notó un nuevo sabor de chicle.  Mirando quién estaba detrás de ella y revisando que su madre estuviera ocupada pagándole al cajero, la niña agarró la caja de chicles y la metió rápidamente en su bota.

Después de ayudar a guardar las compras en la casa, Betania salió y se sentó en las gradas de la entrada.  Ella metió la mano en su bota y sacó el paquete de chicles robados, y entonces se metió un pedazo de goma de mascar sabor a sandía en su boca.  El sabor no era tan bueno como había creído.

—¿Qué te pasa? —le preguntó su hermano Fausto unas horas después, durante la cena—.  ¿Te agarró la depre?

—Déjame en paz —refunfuñó Betania.  Pero ella sabía que Fausto tenía razón.  Ella sí estaba depre… le entristecía lo que pasó con los chicles.  Y ese sentimiento le duró hasta la noche.

Aproximadamente a las 02:00 de la madrugada, Betania se dio por vencida en su intento de dormir.  La niña salió de la cama y se dirigió a la habitación de su madre.

—Mamá, despierta.  Necesito decirte algo.

—¿Qué pasa, hijita? —le preguntó su madre, somnolienta.

Betania vaciló.  —Es que yo… yo robé algo hoy.  Cuando dijiste que no podía comprar chicles en la tienda, los tomé de todos modos y no pagué.  Y ahora me siento tan…

—¿Depre? —adivinó su madre.  Betania asintió abatida.  —¿Y estás arrepentida por haberlo hecho? —preguntó mamá.

—Muy arrepentida —aseguró Betania.

—Entonces díselo a Jesús —le aconsejó su madre—.  La Biblia dice que es la bondad de Dios la que nos lleva al arrepentimiento.  Jesús no quiere que suframos la culpa y la vergüenza del pecado, así que Él tomó el castigo del pecado sobre Sí mismo al morir en la cruz.  Cuando nos arrepentimos, lo que significa que admitimos que hemos hecho algo malo, y nos apartamos de nuestro pecado para acercarnos a Jesús, Él nos perdona.

Betania inclinó su cabeza y le pidió a Jesús que la perdonara por haber robado y que la ayudara a hacer bien las cosas.

A la mañana siguiente, la madre de Betania la llevó al supermercado para que la niña pidiera perdón al administrado y pagara por los chicles robados.  Cuando salió de la tienda, la bondad y el perdón de Dios inundaron el corazón de Betania y la acompañaron durante todo ese día.  —KELLY HOPE

ARREPIÉNTETE Y ACÉRCATE A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 28:13

EL QUE ENCUBRE SUS PECADOS NO PROSPERARÁ, PERO EL QUE LOS CONFIESA Y LOS ABANDONA HALLARÁ MISERICORDIA..

¿Has hecho algo malo?  ¿Cómo te sentiste?  Jesús quiere reemplazar tus sentimientos de culpa y vergüenza con Su amor y perdón.  Cuando le confiesas tu pecado, Él te perdona y te muestra bondad y compasión.  Arrepiéntete de tu pecado y acércate a Jesús.  Y luego confía en que Él te ayudará a pedir perdón a las personas que hayas hecho daño con tus acciones y te ayudará a resolver la situación.

Clave de Hoy
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