Lo que el viento se llevó

“Mamá es tan injusta.  No me deja descargar la música que deseo”, comentó Esmeralda mientras arreglaba y desarreglaba cuadrados de tela que su abuela tenía en la mesa para armar una colcha.  La niña estudió el diseño.  “¡Ya!  Creo que al fin lo conseguí”.

Su abuela analizó el patrón.  “A mí también me gusta”, afirmó.  “Será una linda almohada de retazos”.

“¿Qué pasa con mi mamá?  ¿Por qué es tan estricta?”  Esmeralda suspiró.  “Quizá debería buscar otra manera de oír la música que quiero”, balbuceó.

Mientras hablaba, la puerta se abrió de golpe y el abuelo entró abruptamente con una ráfaga de viento.  Los cuadrados de la almohada de Esmeralda volaron por toda la habitación.

“¡Oh, no!”, exclamó Esmeralda.  “Me tomó mucho tiempo armar los retazos en el orden correcto”.

El abuelo pidió perdón y todos recogieron los cuadrados de tela, para tratar de armarlos nuevamente según el diseño.  “No recuerdo cuál venía aquí”, señaló Esmeralda.

La abuela la miró, pensativa.  “Esmeralda, me parece que estás dividiendo tu vida en retacitos, como estos cuadrados de tela para la colcha.  Al parecer, estás separando la música que escuchas de tu vida como cristiana”.

“¡Pero la música que quiero descargar ni siquiera es mala!”, aseguró Esmeralda.

“Puede que no, pero hay una razón por la que tu mamá no quiere que la escuches, y tienes que obedecer”.  La abuela apuntó los retazos de tela que estaban sobre la mesa.  “Cuando sopló el viento, todos los cuadraditos se volaron por todas partes.  ¿Sabes qué necesitas para mantenerlos unidos?”

Esmeralda tomó un carrete.  “Hilo”, contestó.  “Puedo coserlos”.

La abuela hizo un gesto afirmativo.  “Debes coser cada uno de los retazos y unirlos, así como necesitas que Jesús sea el hilo que recorre cada parte de tu vida.  Eso significa confiar en que Él ha puesto a tu mamá en tu vida para ayudarte a que aprendas a amar y a obedecerlo a Él.  Debes respetar su decisión sobre la música que puedes escuchar, a pesar de que no estés de acuerdo”.  La abuela enhebró el hilo en la aguja y se lo entregó a Esmeralda.  “Recuerda que Dios te ama y está usando a tu mamá para ayudarte a crecer.  Confía en Él con cada parte de tu vida. ¡Entonces nada se volará ni se perderá!”  – JOYCE R. LEE

CONFÍA EN JESÚS PARA TODO

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:2 (NVI)

NO SE AMOLDEN AL MUNDO ACTUAL, SINO SEAN TRANSFORMADOS MEDIANTE LA RENOVACIÓN DE SU MENTE.

¿Es Jesús el hilo que mantiene unidos los retazos de tu vida?  ¿O confías en Él solo con algunas áreas de tu vida y no con otras?  Cuando confías en Jesús, Él llega a ser el Señor de cada parte de tu vida.  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).  Confía en que Él está haciendo lo mejor en todas las áreas de tu vida y obedécelo en todo.

Clave de Hoy
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