Lágrimas en frascos

—Ya deja de llorar, Malena —Isabel frunció el ceño al ver a su hermana—. No eres una bebé.

—Quiero a mi mami —lloriqueó la pequeña, escondiendo su cara en el hombro de su padre.

Isabel dio un pisotón en el piso.

—¡Llorar no cambiará nada!

La niña no quería pensar en su mamá. Estaba recibiendo un tratamiento en el hospital. Era más fácil no pensar en eso.

—Isabel —le dijo papá—, por favor, ve a traerme un frasco vacío de la basura de reciclaje.

—¿Un frasco? —Isabel puso mala cara, pero hizo lo que su padre le había pedido—. ¿Qué quieres hacer con esto? —la niña extendió su mano que sostenía una botella de agua vacía.

—Voy a tratar de recoger las lágrimas de Malena —indicó papá.

—¿Qué? —los ojos de Isabel se abrieron como platos y ella notó que su hermana dejó de llorar para ver a su padre—. Voy a atraparlas para poder recordarlas —indicó papá.

Malena rio.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Sí, papá, ¿qué quieres decir con eso? —Isabel se sentó junto a ellos en el sillón.

—La Biblia dice que Dios nota nuestras lágrimas y las recuerda —su padre sonrió mientras apoyaba la botella en la mejilla de Malena y la niña rio—. La Biblia menciona que Dios recoge nuestras lágrimas en un frasco.

—¿De verdad? —Isabel arrugó la nariz—. ¿Por qué hace eso?

—Porque nos ama y le importa cuando lloramos —explicó papá, retirando la botella de la cara de su hija menor—. No tiene nada de malo llorar. Todos lloramos a veces. Jesús lo entiende y quiere consolarnos.

—Pero… — Isabel negó con la cabeza.

—Yo también lloro cuando pienso en tu mamá y en el accidente, cuando pienso en que está sola en el hospital —papá dejó salir un suspiro—. Ella saldrá pronto, pero está bien que nos pongamos tristes mientras no está.

El padre besó la cabeza de Malena antes de abrazar a Isabel y acercarla con su brazo.

—Dios no se va a enojar si lloras. Él se preocupa por ti. Jesús verá tus lágrimas y Su corazón se entristecerá contigo —papá apoyó la cabeza en la de su hija—. Dios te ama mucho más que yo, y también ama a tu hermana y a tu madre.

EMILY ACKER

PUEDES LLORAR

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 56:8 (NTV)

TÚ LLEVAS LA CUENTA DE TODAS MIS ANGUSTIAS Y HAS JUNTADO TODAS MIS LÁGRIMAS EN TU FRASCO; HAS REGISTRADO CADA UNA DE ELLAS EN TU LIBRO.

¿Sientes vergüenza cuando lloras? ¿Sientes que los demás se enojan o que se van a burlar de ti? Dios quiere que sepas que está bien llorar y que Él está contigo, cuidando de ti cuando lloras. No te aguantes las lágrimas. Compártelas con Jesús, para que Él pueda consolarte.

Clave de Hoy
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