La visita al abuelo

Todos los domingos, Aarón iba con sus padres a visitar a su abuelo en el hogar para ancianos.  “¿El abuelo mejorará algún día?’, preguntó el niño.  “Desde que tuvo ese derrame, nunca más volvió a hablarme”.

“Lo sé”, afirmó su madre.  “Estoy segura de que él quisiera hablarte, pero no puede.  No lo sabemos con certeza, pero es posible que tu abuelito no vuelva a estar bien completamente hasta que esté en el cielo con Jesús.  Sé que es difícil verlo así, pero recuerda que, debido a que el abuelo es cristiano, Jesús le dará un cuerpo nuevo y perfecto algún día.  Nuestra tarea por ahora es cuidar bien de él”.

Aarón dijo que sí con la cabeza y luego apuntó un álbum de fotos que su padre tenía en la mano.  “¿Trajiste las fotografías para mostrárselas al abuelo?”

“Creemos que le gustará ver nuevamente las imágenes”, contestó papá.

Cuando entraron a la habitación del abuelo, él estaba sentado en su silla de ruedas.  Levantó la vista, pero no podía decir nada.  Papá puso el álbum en la mesa y lo abrió.  Mientras padre y madre le hablaban al anciano, señalando las fotografías, el anciano miraba las imágenes y abría y cerraba su boca.  Aarón miró a otro lado cuando su madre limpió con un pañuelo la saliva que caía de la boca del abuelo.

“¡Ahí estamos tú y yo, abuelo!”, exclamó Aarón, apuntando una de las fotografías.  “En ese tiempo estaba muy chiquito”.  El niño miró más de cerca.  “¿Qué estábamos haciendo?”, les preguntó a sus padres.

Papá rio.  “Tu abuelito estaba tratando de enseñarte a jugar a las damas”.

“Eras tan pequeño en esa época y no sabías cómo mover las fichas”, contó su madre, “pero te gustaba que el abuelo las moviera por ti”.  Ella rio.  “Y también tratabas de comerte las fichas”.

Aarón sonrió.  “Parece que nos estábamos divirtiendo”.

El domingo siguiente, Aarón le llevó a su abuelo su viejo tablero de damas al hogar para ancianos.  El niño la puso en la mesa, frente a la silla de ruedas.  “No te preocupes, abuelito”, indicó Aarón.  “Yo moveré las fichas por ti”.  Él puso las fichas en el tablero y empezó a moverlas, cambiando de color en cada turno.

“¿Quién está ganando?”, preguntó su padre después de observar por un rato.

Aarón levantó la mirada y sonrió.  “No estamos jugando para ganar.  Solo nos estamos divirtiendo, ¿verdad, abuelo?”  El niño miró la cara del anciano.  No podría asegurarlo, pero le pareció que vio una pequeña sonrisa.  —  LETITIA L. ZOOK

CUIDA A LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO  1:27

LA RELIGIÓN PURA Y SIN MANCHA DELANTE DE NUESTRO DIOS Y PADRE ES ESTA: VISITAR A LOS HUÉRFANOS Y A LAS VIUDAS EN SUS AFLICCIONES.

¿Conoces a alguien que necesite ayuda?  A lo mejor un miembro de tu familia está enfermo o uno de tus amigos está pasando por un tiempo difícil.  Ellos son importantes para Jesús y puedes mostrarles Su amor al cuidar de ellos en su tiempo de necesidad.  ¿Qué puedes hacer para animar su espíritu?  ¿Cómo puedes recordarles la esperanza que tienen en Jesús?

Clave de Hoy
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