La trampa

—Ven, cangrejito.  Tengo algo que te gustará.  Vamos, pruébalo —Paulo trató de persuadir al animal en voz baja—.  Acércate un poquito más.  Eso es, ven acá.  Una mordidita más.  Ven más cerca… más cerca…

De repente hubo un chapuzón en el agua.

—¡Te atrapé! —gritó el abuelo mientras sostenía en alto una red—.   ¡Este es enorme, Paulo!  ¡Bien hecho!  Muy bien, lanza nuevamente esa alita de pollo para que atrapemos otro.

Una de las cosas que Paulo disfrutaba más cuando visitaba a sus abuelos en la costa era atrapar cangrejos para la barbacoa anual de mariscos.  Cuando salía con su abuelo a cazar los cangrejos, no tenían que molestarse en preparar anzuelos, cañas ni plomadas.  Lo único que Paulo tenía que hacer era atar un pedazo de pollo crudo en un palo y colgarlo en las aguas poco profundas del río.  Cuando sentía un jalón, lentamente halaba la carnada hacia él, centímetro a centímetro.  El cangrejo estaba ocupado mordiendo el pollo, así que avanzaba sin detenerse hasta el borde del agua.  Entonces, con un movimiento rápido, el abuelo metía el cangrejo en la red.

—Aquí viene otro —indicó Paulo—.  Los cangrejos deben ser muy mensos para no ver la trampa; es tan fácil atraparlos así.

El abuelo sonrió mientras atrapaba al cangrejo.

—No sé qué tan inteligentes son los cangrejos, pero nosotros también caemos en algunas trampas y quedamos atrapados.

—¿En serio? —Paulo miró a su abuelo—.  ¿Siguiendo un pedazo de pollo?  ¡Yo no!

—Ahora usamos el pollo porque eso les gusta a los cangrejos.  Pero Satanás nos lanza todo tipo de cosas que nos gustan… como el dinero, la popularidad o la diversión —explicó el anciano—.  Las cosas que él usa no son necesariamente malas, pero nos persuade para que las usemos de la forma equivocada, es decir, para nuestros propios deseos egoístas.  Es como sí el diablo nos dijera: «Pruébalo», y después: «Solo un poquito más».  Si no tenemos cuidado, quedaremos atrapados en el pecado.  Lo que en un principio parece inofensivo puede terminar en un desastre.

—Por eso tenemos que confesar nuestros pecados a Jesús y luego dejar de hacer lo malo —afirmó Paulo—.  ¡No queremos terminar en el agua hirviendo, así como estos cangrejos!

El abuelo sonrió.

—Correcto.  Debemos alejarnos de la tentación porque el pecado trae consecuencias para nuestras vías.  Siempre hay trampas cuando nos lanzan una carnada.

L. GAIL RHODES

ES PELIGROSO PROBAR EL PECADO

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 5:22 (PDT)

EL PERVERSO QUEDARÁ ATRAPADO EN SU PROPIA MALDAD; SU PECADO SERÁ COMO SOGAS QUE LO ATRAPAN.

¿Te das cuenta de lo peligroso que es probar el pecado, incluso si es solo una vez?  No cometas el mismo error de Adán y Eva en el huerto del Edén.  El pecado a veces parece inofensivo, pero trae sus consecuencias.  No quedes atrapado en el pecado.  Si conoces a Jesús, Él te ha hecho libre del pecado.  No tienes que ceder a la tentación.  Confía en que Él te perdonará cuando peques y te ayudará a huir de las tentaciones.

Clave de Hoy
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