La Palabra de Dios y los anteojos

“¿Qué te parece este par, mamá?”, preguntó Elisa mientras deslizaba los anteojos por encima de sus orejas y daba un vistazo al espejo del oculista.

“Esos te quedan bien”, contestó la madre, al momento que sostenía otro par.  “Pero pruébate primero estos marcos antes de decidir cuáles deseas”.

“Me parece gracioso”, dijo Elisa al ver su reflejo, “cuánto nos preocupa cómo se miran los anteojos, ¡cuando en realidad solo son para ayudarme a ver!”

“Eso me hace pensar en la Palabra de Dios, la Biblia”, comentó la madre.  “¿Recuerdas qué pasó cuando se rompieron tus viejos anteojos y fuiste a la escuela sin ellos?”

Elisa asintió.  “Me tropecé en las gradas porque no podía ver”.

“Así es.  Leer la Biblia nos ayuda a saber cuánto necesitamos a Jesús y a ver lo que Él hace en nuestras vidas.  También nos muestra cómo podemos compartir de Su amor con los demás.  Así como los anteojos, necesitamos la Palabra de Dios para que nos ayude a ver claramente.  Pero nuestros anteojos no pueden ayudarnos si no nos los ponemos”.

Elisa sintió culpa al pensar en su Biblia que estaba en casa, reposando en su mesa de noche.  Ella la había dejado ahí porque le gustaba la forma en que su nueva Biblia rosada combinaba con las decoraciones rosadas de su habitación, pero no la había abierto por algunos días.

“Supongo que la Biblia no me servirá de mucho tampoco si no la leo”, señaló Elisa.  “La Biblia está aquí para ayudarme a aprender sobre Jesús y a ver el mundo como Él quiere, no para que yo me vea bien”.

Su mamá sonrió.  “Correcto”.

Unos días más tarde, la madre y Elisa regresaron donde el oculista para retirar los nuevos lentes.

“¡Guau!”, exclamó Elisa al mirar a su alrededor.  “¡Los nuevos anteojos realmente hacen la diferencia!”  La niña recordó que en días anteriores había leído un versículo durante su devocional que hablaba sobre mostrar el amor de Dios a los demás.  Cuando se sintió enojada en la escuela porque una de sus amigas le dijo palabras hirientes, se acordó de ese versículo.  Eso le ayudó a no responder con otras palabras crueles.  “Mamá tenía razón”, pensó.  “¡Puedo ver lo que Jesús quiere que yo haga cuando uso mi Biblia!”  Elisa sonrió mientras palpaba sus nuevos marcos.  “Así como mis anteojos”. JESSICA KLEEBERGER

LA PALABRA DE DIOS NOS AYUDA A VER CLARAMENTE

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:9

¿CÓMO PUEDE EL JOVEN GUARDAR PURO SU CAMINO?  GUARDANDO TU PALABRA.

¿Alguna vez has necesitado anteojos?  Es divertido elegir un color o unos marcos bonitos, pero el verdadero propósito de los anteojos no es que te veas bien, ¡sino que veas bien!  Nuestras Biblias no deberían ser tampoco de adorno solamente.  Son las palabras especiales de Dios que nos cuentan la historia de Jesús y lo que Él ha hecho por nosotros.  A través de la Biblia podemos ver claramente cuánto necesitamos a Jesús y cómo Él quiere que mostremos Su amor a otros.

Clave de Hoy
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