La página arruinada

—¡Oh, no! Esta tarjeta de cumpleaños que estoy haciendo para la abuela es un desastre —lloriqueó Celia—. Me equivoqué, entonces borré unas líneas y las volví a hacer. Traté de borrar con cuidado, pero la página todavía se ve fea.

—Bueno, el cartero pasará pronto por aquí —indicó su madre, mirando por la ventana—. Si quieres enviarla hoy, es probable que tengas que dejarla tal como está. Creo que tu abuelita entenderá.

Celia selló de mala gana su sobre y se apresuró a ponerlo en el buzón. Esa tarde, la niña se veía triste cuando entró a la casa, después de jugar afuera.

—¿Pasa algo, corazón? —preguntó mamá.

—Creo que Josefa ya no me quiere —respondió Celia con voz temblorosa—. Me di cuenta de que ya no quiere jugar conmigo. Y no la culpo. Estoy segura de que es porque me enojé y me porté mal con ella hace un par de semanas.

—¿Le pediste perdón y le dijiste que lo sentías? —preguntó su madre. Celia asintió—. ¿Y qué te dijo? —volvió a inquirir mamá.

—Me dijo que me perdonaba —una lágrima bajó por la mejilla de la niña—. También le pedí a Dios que me perdone. Él me perdonó, ¿verdad?

—Sí, Dios te perdonó —aseguró su madre—. Creo que Josefa también te perdonó, pero puede que necesite un tiempo para volver a confiar en ti —mamá puso su brazo alrededor de Celia—. ¿Qué pasó cuando hiciste la tarjeta para tu abuelita en la mañana?

Celia arrugó las cejas.

—Cometí un error y lo borré.

—¿Y cómo se veía la página después que borraste esas líneas?

—Se… se veía arruinada —respondió la niña.

—Sí, y la vida también es así —explicó su madre—. De cierta manera, escribimos páginas en nuestras vidas y a veces nos equivocamos. Cuando confesamos nuestras ofensas a Jesús, Él nos perdona completamente por Su gracia. Pero si nuestro pecado hirió a otra persona, puede tomar un tiempo para que él o ella pueda volver a confiar en nosotros. Para esa persona, esa página de nuestras vidas ya no se ve igual. Cuando ofendes a alguien, eso deja una marca —mamá abrazó fuertemente a Celia—. Recuerda que Jesús ha perdonado tu pecado y ten paciencia con Josefa. Demuéstrale que sí puede confiar en ti.

La niña suspiró.

—Está bien. Le demostraré que quiero comenzar desde cero en una página nueva y ser una mejor amiga.

HAZEL W. MARETT

LAS HERIDAS NECESITAN TIEMPO PARA SANAR

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 18:19 (NTV)

UN AMIGO OFENDIDO ES MÁS DIFÍCIL DE RECUPERAR QUE UNA CIUDAD FORTIFICADA.

¿Alguna vez has arruinado una página de tu vida? Confiésale tu pecado a Jesús y también pide perdón si has ofendido a alguien. En lo que a Dios respecta, ese pecado quedó totalmente borrado. Confía en que Él te ayudará a vivir de tal manera que las palabras de la lectura bíblica de hoy sean una verdad en tu vida. Sé paciente con las personas que hayas ofendido y recuerda que, aun cuando estén dispuestas a perdonarte, puede que necesiten un tiempo para que puedan volver a confiar completamente en ti.

Clave de Hoy
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