La mejor amistad
“Mamá, ya no quiero ser mejor amiga de Olivia”, anunció Karina cuando llegó de la escuela. “De hecho, no sé si quiero seguir siendo su amiga”.
Su madre levantó la vista de su computadora. “¿En serio? ¿Cuándo lo decidiste?”
“Hoy. ¡No vas a creer la forma en que actuó!” Karina tomó una manzana del tazón con frutas y se dejó caer en una silla. “Casi no me habló en todo el día. Durante el primer receso, jugó a la pelota con otros niños. Luego, cuando tuvimos tiempo libre en la clase, ella trabajó en un proyecto sola. A la hora del almuerzo, pasó todo el tiempo hablando con la niña nueva de nuestra clase. Y cuando veníamos de regreso en el autobús, se puso a leer su libro y no me dirigió la palabra”.
“A lo mejor hay algo que le está molestando”, comentó mamá. “Las dos han sido amigas por mucho tiempo. Espero que no permitas que un día arruine su amistad”.
Esa noche, en el devocional familiar, Karina leyó el pasaje de la Biblia, pero luego hizo una petición. “¿Me darían permiso para faltar a nuestro tiempo de oración por hoy?” La niña puso la Biblia en la mesa y se puso de pie.
La madre frunció el ceño. “¿Por qué razón?”
“Estoy muy cansada”, contestó Karina. “Y mañana tengo un examen, así que debo dormir bien”.
“Karina, ¿recuerdas lo que me dijiste hoy sobre Olivia? Si faltas al tiempo de oración, estarás actuando del mismo modo que tu amiga. Estabas triste porque parecía que ella no quería hablar contigo, ¿verdad?”
“Bueno, sí… pero ¿qué tiene que ver eso con la oración?”
“Cuando oras, estás hablando con Jesús y Él es el mejor amigo que puedes tener”, explicó mamá. “Él quiere que pases tiempo con Él cada día para que lo conozcas mejor, y la oración es una forma de hacerlo”.
Karina se volvió a sentar a la mesa. “Supongo que no quiero comportarme como Olivia. ¡En verdad me hizo enojar!”
“Hablemos con Jesús acerca de Olivia ahora mismo”, sugirió su madre. “Pidámosle que te ayude a perdonarla y que te ayude a ofrecer una amistad como la que Él te da. Jesús siempre escucha y se preocupa por sus amigos”. – IRENE C. STROBEL
HABLA CON JESÚS TODOS LOS DÍAS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 55:17 (PDT)
ROGARÉ Y SUPLICARÉ A DIOS MAÑANA, TARDE Y NOCHE, Y ÉL ME ESCUCHARÁ.
¿Tienes un buen amigo con el que te gusta hablar todos los días? Jesús quiere ser esa clase de amigo para ti. Si confías en Él como tu Salvador, Él es el mejor amigo que puedes tener. Puedes conversar con Él de cualquier cosa. Le puedes decir cómo te sientes, acudir a Él cuando necesitas ayuda o contarle qué cosas te gustan más. Y asegúrate de darle las gracias por todo lo que Él ha hecho por ti y por ser el mejor amigo de todos.
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