La maniobra de Heimlich

—Escuché que van a tener una fiesta de pizza en el grupo de jóvenes mañana por la noche —le comentó papá a Eliana mientras esperaban por su comida en un restaurante—. Suena divertido.

—Sí, pero mañana no puedo ir al grupo de jóvenes. Tengo un ensayo en la escuela.

—La semana pasada no fuiste al grupo de jóvenes porque tuviste un concierto de la banda —dijo su padre—. ¿Vas al retiro el próximo fin de semana?

—No puedo. Tengo que trabajar en losa fiches del consejo estudiantil el sábado.

Papá frunció el ceño.

—Tal vez deberías disminuir…

—¿Qué le pasa a ese hombre de allá? —interrumpió Eliana.

El padre miró donde su hija estaba apuntando e inmediatamente se levantó de un brinco y fue corriendo al otro lado del local.

—¿Se está ahogando, señor? —le preguntó.

El hombre asintió frenéticamente. Papá rodeó al hombre con sus brazos y, con el puño cerrado, dio al hombre un par de empujones muy fuertes. El hombre tosió y jadeó, y en un momento comenzó a respirar normalmente otra vez. Todos aplaudieron.

—Gracias —expresó el hombre cuando pudo hablar—. ¡Creo que traté de comer mucho en un solo bocado!

De camino a casa, Eliana opinó:

—¡Qué bueno que sabías cómo hacer la maniobra de Heimlich, papá! Ese hombre pudo haberse muerto ahogado.

Su padre asintió.

—Me alegra haber aprendido la maniobra de Heimlich hace mucho tiempo, para saber qué hacer si alguien se está ahogando —él suspiró—. ¿Sabes, hija? Puede que también necesites la maniobra de Heimlich, pero no lo había notado hasta ahora.

—¿Yo? —preguntó Eliana—. ¿A qué te refieres? ¡No me estoy ahogando!

—¿No? —preguntó papá—. Me parece que tu vida espiritual está siendo ahogada por todas las actividades extracurriculares en las que estás involucrada. Necesitas espacio para respirar. No has podido participar en las actividades de la iglesia a causa de tu ocupada agenda, y también necesitas tiempo de descanso para renovar tus energías.

—Últimamente me he sentido muy cargada —admitió Eliana—. Y tampoco he tenido mucho tiempo para orar o leer mi Biblia.

—Es importante que tengas tiempo con Jesús —aseguró papá—. Podemos descansar en el Señor porque Él hizo todo lo necesario para salvarnos y, cuando pasamos tiempo con Él, nos recuerda estas cosas. Jesús provee descanso para nuestras almas.

Eliana asintió.

—Tal vez, cuando lleguemos a la casa, puedas ayudarme a revisar mis actividades para ver en cuáles puedo renunciar.

BARBARA J. WESTBERG

NO TE OCUPES DEMASIADO

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 11:28 (NTV)

LUEGO DIJO JESÚS: «VENGAN A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁN CANSADOS Y LLEVAN CARGAS PESADAS, Y YO LES DARÉ DESCANSO».

¿Tu vida se siente sobrecargada con demasiadas actividades? Aun si dedicas tu tiempo a cosas buenas, hacer demasiado puede agotarte y hacer que te pierdas de las cosas que realmente son importantes. Si tu agenda está tan cargada que no tienes tiempo para las actividades de la iglesia ni para pasar tiempo a solas con Dios, es el momento de disminuir algunas cosas. Haz tiempo para Jesús, para que Él pueda refrescar tu alma.

Clave de Hoy
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