El camino correcto

Mientras Augusto caminaba por el pasillo de la escuela, vio a un niño pequeño que lloraba más adelante. Una niña mayor, de la edad de Augusto, hablaba con él.

—No llores. Yo sé cómo llegar a la clase de la señorita Suárez —le oyó decir a la niña mientras se acercaba—. Tienes que ir en esa dirección hasta que llegues al gimnasio, después giras a la derecha y pasas tres puertas hacia abajo, y ahí queda el aula de la señorita Suárez.

Augusto frunció el ceño. ¡Esas direcciones no estaban bien!

Cuando la niña siguió por su camino, Augusto se acercó al pequeño.

—Hola, eres nuevo aquí, ¿verdad? —el niño lo miró con los ojos muy abiertos y asintió—. Esa niña te dio las direcciones equivocadas —le contó Augusto—. Debes girar a la izquierda en el gimnasio, no a la derecha —los labios del niño empezaron a temblar y Augusto le dio palmaditas en el hombro—. A ver —le dijo—. Yo te llevaré allá, ¿qué te parece?

El niño sonrió y asintió, y en pocos minutos Augusto lo había dejado en la puerta de su clase. Cuando Augusto llegó a su casa unas horas más tarde, le contó a su mamá lo que había sucedido.

—Me alegra que hayas estado ahí para ayudar al niño —le dijo su madre—. Por cierto, la mamá de Milo me envió un mensaje. Milo quiere que vayas con él al club de Biblia mañana por la noche. Espero que puedas ir.

—Está bien —contestó Augusto—. Pero, mamá, quisiera que dejaras de preocuparte por si voy o no al cielo —su madre se había hecho cristiana hacía poco tiempo y con frecuencia trataba de convencerlo para que también pusiera su confianza en Jesús—. Sí llegaré al cielo —aseguró Augusto con una sonrisa burlona—. El tío Eladio dice que soy un niño muy bueno y, si alguien va a llegar al cielo, ¡ese seré yo!

—Bueno, estoy de acuerdo con tu tío Eladio en que eres un buen chico —afirmó mamá—. Pero tu tío está equivocado sobre la manera de ir al cielo. Temo que eres como este niño pequeño en tu escuela. Estuvo listo para seguir las direcciones de alguien que no conocía el camino —la madre hizo una pausa por un momento—. Dios nos dice cómo podemos ser salvos y tener vida eterna. Su Palabra, es decir, la Biblia, dice que no es la bondad de las personas la que los llevará al cielo. Tú fuiste el camino de ese niño para llegar a su clase. Tú lo llevaste allá. Y Jesús es el único camino para ir al cielo Lo necesitamos para que nos salve y nos reconcilie con Dios, para que podamos pasar la eternidad con Él.

Augusto se quedó perplejo. «Tal vez mamá tenga razón», pensó. «Tengo que asegurarme de ir por el camino correcto».

MARY ROSE PEARSON

JESÚS ES EL CAMINO AL CIELO

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 14:12 (NVI)

HAY UN CAMINO QUE AL HOMBRE LE PARECE RECTO, PERO ACABA POR SER CAMINO DE MUERTE.

¿Estás siguiendo las direcciones correctas para llegar al cielo? Las direcciones de Dios son las únicas en las que puedes confiar, y se encuentra en Su libro, la Biblia. Él dice que Jesús es el camino, el único camino, para que seas salvo del pecado y tengas vida eterna. No dejes que te engañen y te hagan pensar que puedes llegar al cielo de alguna otra manera. Confía en Jesús hoy mismo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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