La luz del sol

Fernando subió por la escalera, lavó la ventana y luego la secó con un trapo.  Cuando terminó, miró orgulloso los cristales limpios.  No lavaba las ventanas con frecuencia, pero oyó a su madre decir que había que hacerlo, y el niño decidió sorprenderla.  “Mamá”, llamó Fernando al entrar a la casa, “¿puedes venir a la sala un rato?”

Cuando su madre entró, Fernando señaló la ventana limpia.  “¡Hijo!  ¡Qué linda sorpresa!”, exclamó y abrazó fuerte a su niño.

Había sido una mañana gris y lúgubre, pero finalmente salió el sol y la tarde estaba hermosa.  Mientras Fernando caminaba por la sala, levantó la mirada para ver la ventana.  “¡Oh, no!”, lamentó.  No podía creer lo que veían sus ojos.  Ahora que la luz del sol hacía brillar el vidrío, vio enormes manchas en todo el cristal.  “¡Mamá!”, gritó.  “¿Qué le pasó a esta ventana?”

La madre entró y observó el vidrio.  “Se veía muy bien hasta que la luz del sol la alumbró”, explicó.  “La luz del sol hace que aparezcan las manchas.  Me ha sucedido muchas veces”.

Fernando se quejó y fue a traer la escalera del garaje para lavar otra vez la ventana.

Esa noche, durante el devocional familiar, mamá leyó varios versículos del evangelio de Juan.  “¿Te recuerdan estos versículos algo que haya pasado hoy?”, preguntó con una sonrisa.

Fernando se quedó pensando.  “Bueno, tuve un problema cuando la luz del sol hizo brillar el vidrio de las ventanas y esos versículos dicen que Jesús en la luz del mundo”, comentó.  “¿Te refieres a eso?”

La madre asintió.  “No viste las manchas del cristal hasta que el sol hizo brillar las ventanas, y la gente no ve su pecado hasta que la luz de Jesús brille sobre él”.

“Tuve que lavar esas manchas”, afirmó Fernando, “y nuestro pecado también debe lavarse, ¿verdad?”

“Así es”, respondió mamá.  “Cuando admitimos nuestro pecado y confiamos en Jesús como nuestro Salvador, Él lava el pecado y la oscuridad de nuestros corazones”.  RAELENE E. PHILLIPS

JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO

          VERSÍCULO CLAVE: JUAN 8:12

[JESÚS DIJO] YO SOY LA LUZ DEL MUNDO.  

¿Ha brillado la luz de Jesús en tu corazón?  ¿Has visto las manchas de pecado que hay ahí?  ¿Te gustaría que tu corazón y tu vida estén limpios?  Todos pecan cuando hacen cosas malas, pero Jesús murió para hacernos libres del pecado.  Cuando admites que eres pecador y pones tu confianza en Él, Él te lavará y te dejará limpio.  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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