La llamada más importante
“A ver, todos guarden sus celulares”, indicó el papá mientras ponía un plato en la mesa. “Es hora de cenar”.
“Esta noche hemos recibido muchas llamadas, ¿no?”, comentó mamá mientras se sentaba entre Melinda y su hermanito menor, Gonzalo. “¡He oído un timbre tras otro!”
“Buen, Clara me llamó por nuestra tarea de matemáticas, y luego la tía Lourdes te llamó por el baby shower que estás organizando para tu prima”, señaló Melinda. “Oh, ¡y luego llamó la jefa de papá cuando él cocinaba la pasta!”
“Sí, ella tenía una pregunta sobre una presentación que daremos mañana”, contestó su padre. “Ahora guardemos nuestros celulares para que podamos disfrutar juntos la cena”.
Después que papá dio gracias, Melinda se sirvió unas zanahorias en su plato. “pero qué bueno es tener celulares, ¿verdad?”, opinó. “Sería mucho más difícil comunicarnos si no pudiéramos ponernos en contacto tan fácilmente con las personas”.
“Es verdad”, afirmó su madre. “Pero también es importante que no permitamos que la comunicación constante se convierta en un obstáculo para las llamadas que son realmente importantes”.
Melinda sonrió. “Sí, ¡como si papá hubiera estado muy ocupado escribiendo mensajes de texto para sus amigos como para responder la llamada de su jefa!”
El padre rio. “Eso no hubiera sido bueno. Pero hay llamadas mucho más importantes que la de mi jefa, por ejemplo, las llamadas de Dios”.
“¿Dios tiene teléfono?”, preguntó Gonzalo.
Melinda rio. “No, pero tiene otras maneras de comunicarse con nosotros, ¿verdad, papá?”
El padre asintió. “Una manera es a través de Su Palabra, la Biblia. Él la utiliza para hablarnos de Sí mismo, para ofrecernos consuelo o aliento y para señalar las cosas que debemos cambiar en nuestras vidas”.
“También podría usar a las personas, quizá a un padre, una madre, un pastor, un maestro, para hablar a nuestros corazones”, agregó mamá. “Y quiere que le contemos nuestros problemas y nuestros deseos, para que le pidamos dirección. Jesús siempre está disponible y desea conversar con nosotros. Debemos asegurarnos de escuchar. Me he dado cuenta de que me ayuda alejarme de las distracciones, como mi teléfono, por un momento cada día, para que pueda hablar con Jesús y leer Su Palabra”.
“Quizá debería comenzar a hacer lo mismo”, sugirió Melinda. “¡No quiero pedir una llamada importante de Dios!” – RUTH I. JAY
APARTA UN TIEMPO PARA QUE ESCUCHES A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 SAMUEL 3:9
HABLA, SEÑOR, QUE TU SIERVO ESCUCHA.
¿Escuchas cuando Dios te habla? Él habló a Samuel con una voz audible. Eso fue antes de que fuera escrita toda la Biblia. Dios también tiene algo que decirte. Él te habla mientras lees Su Palabra y cuando escuchas a tus maestros o padres, mientras te explican algunos versículos. Él habla al poner Sus Palabras en tu corazón cuando pasas tiempo con Él en oración. Toma un tiempo cada día para escuchar y hablar con Jesús.
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