La familia de Dios

Damián caminó hacia la ventana de la tienda de mascotas, su corazón empezó a latir de la emoción. Había esperado mucho tiempo por este momento.

—¿Estás listo para entrar? —preguntó la tía Rita.

Damián asintió y dibujó una enorme sonrisa. El niño siguió a su tía adentro de la tienda y se detuvo detrás de una gran conejera de madera. Dos conejitos peludos de tres colores brincaban uno encima del otro, ansiosos por llegar al tazón de la comida. Los ojos del niño se desviaron hacia un conejito gris acurrucado en una esquina. Su quijada peluda descansaba en una de sus patas. La tía Rita siguió la mirada de Damián y rio:

—Algo me dice que ya elegiste a cuál conejito quieres adoptar.

El niño estiró su mano y acarició la cabecita suave y esponjosa del conejo dormido.

—¿En verdad podemos adoptarlo, tía Rita? —preguntó.

Todavía le costaba creerlo. El último año había sido difícil para él; sus padres habían tenido muchas peleas y su papá todavía no podía encontrar un trabajo.

—Claro que sí —contestó la tía, abrazando a su sobrino—. ¿Sabías que Dios nos adoptó para que seamos parte de su familia?

—¿A qué te refieres? —preguntó Damián.

—Bueno —explicó la tía Rita—, Dios nos ama tanto que, cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, Él nos adopta como Sus hijos.

Los ojos de Damián se abrieron por la sorpresa.

—Entonces, ¿Dios es nuestro Padre y nos convertimos en miembros de Su familia para siempre?

La tía Rita asintió.

—Así es. Piensa en cuánto te importa desde ya este conejito y toda la felicidad que sientes al saber que será parte de nuestra familia. Dios siente lo mismo por nosotros. El Señor se deleita grandemente en adoptarnos como Sus hijos —ella apretó cariñosamente el hombro de su sobrino—. Sé que la vida no ha sido muy fácil últimamente, pero recuerda que no estás solo. Debido a que conoces a Jesús, eres parte de la familia de Dios y Él promete que estará contigo y cuidará de ti —la tía apuntó al conejito—. Tal como yo sé que cuidarás bien de él.

Damián sintió cómo la calidez de las palabras de su tía lo abrazaban. Su corazón se llenó de gozo al darse cuenta de lo especial que se sentía al ser incluido en la familia de Dios.

ANN GARDE

DIOS NOS ADOPTA EN SU FAMILIA

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 1:5 (NTV)

DIOS DECIDIÓ DE ANTEMANO ADOPTARNOS COMO MIEMBROS DE SU FAMILIA AL ACERCARNOS A SÍ MISMO POR MEDIO DE JESUCRISTO.

¿Alguna vez has sentido que Dios está lejos? ¿O has tenido que aprontar solo circunstancias difíciles? Todos nos sentimos así a veces, pero Dios nos ha prometido que, cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, nos convertimos en Sus hijos. Él es un Padre bondadoso y amoroso que siempre cuidará de nosotros y estará cerca cuando Lo necesitemos. ¿Eres parte de Su familia? Si no, confía en Jesús hoy mismo, y Dios te convertirá en Su hijo o hija. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *