La demostración
—¡Adivina! —Gracia entró en la cocina, seguida por su amiga Eva—. Acabamos de ofrecernos como voluntarias para hacer una demostración en la próxima reunión del grupo de jóvenes.
—Qué bien —afirmó su madre—. ¿Qué es lo que van a demostrar?
Las dos niñas la miraron fijamente y luego estallaron en risas.
—¡No hemos pensado en eso! —confesó Eva—. ¡Solo nos pareció divertido subir al escenario y hacer una demostración! —hubo un silencio por un momento y de repente Eva chasqueó los dedos—. ¡Ya sé! Demos una demostración de cómo arreglar flores. Mi mamá tiene un libro que muestra cómo hacerlo. Estoy segura de que nos dejará usarlo.
—Buena idea —expresó Gracia.
Entonces las niñas fueron a la casa de Eva y pasaron toda la tarde estudiando las imágenes y las instrucciones, y practicando cómo arreglar flores. Finalmente regresaron a la casa de Gracia para mostrarle a su madre un ramo que habían hecho.
—Este es el arreglo floral que planeamos demostrar —le contó Eva.
—¡Es precioso! —exclamó mamá—. En verdad está muy lindo.
—Tenemos tres semanas para practicar y preparar nuestro discurso —explicó Gracia, mientras sostenía el ramo—. Queremos darle este ramo a la tía de Eva. Acaba de salir de una operación y no puede salir de su cama. ¿Me das permiso de ir a visitarla con Eva mañana?
—Claro que sí —respondió su madre.
A la mañana siguiente, las niñas tomaron las flores para ir al hospital y pasaron una hora conversando con la tía de Eva.
—¿Cómo les fue con la demostración? —preguntó mamá cuando Gracia regresó a la casa.
—Todavía faltan varias semanas para eso —contestó la niña, sorprendida porque su madre se había olvidado—. Hoy solo llevamos las flores a la tía de Eva.
Mamá sonrió.
—Lo sé, hija, y me refiero precisamente a esa demostración. Ustedes demostraron algo mucho más importante que cómo se hacen arreglos florales.
—¿Nosotras? —preguntó Gracia.
—Mucha gente habla del amor de Dios, pero tú y Eva lo demostraron al ser tan consideradas —aseguró su madre, abrazando a su hija—. Las flores que arreglaron en el ramo son preciosas, pero no son tan hermosas como el amor que demostraron al dárselas a la tía de Eva y pasar tiempo con ella. Tus acciones demuestran que Jesús está obrando en tu vida para ayudarte a amar y a cuidar de otras personas, tal como Él lo hace.
Una sonrisa se formó en la cara de Gracia.
BARBARA J. WESTBERG
DEMUESTRA EL AMOR DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:18 (NTV)
QUERIDOS HIJOS, QUE NUESTRO AMOR NO QUEDE SOLO EN PALABRAS; MOSTREMOS LA VERDAD POR MEDIO DE NUESTRAS ACCIONES.
¿Tus acciones demuestran el amor de Dios a otros? ¿Eres amigable y amable con los demás niños? ¿Ayudas cada vez que puedes? ¿Pones a otros por encima de tus propios planes y deseos? Debemos contar a las personas sobre Jesús y Su amor por nosotros, pero también debemos demostrarlo a través de nuestras acciones. Así que deja que los demás vean a Jesús en tu vida. Demuestra el amor de Dios a alguien hoy mismo.
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