La canasta de rescate (Parte 1)

“¡Guau!”, exclamó Claudio mientras se trepaba al helicóptero.  “¡Qué genial!”

Él y su amigo Isaías iban a hacer un viaje en helicóptero con el tío de Isaías, llamado Toño, que era piloto para un servicio de helicópteros de emergencia.

Claudio se sentó en uno de los asientos.  “¡Nunca me imaginé que iba a tener la oportunidad de subirme en uno de estos!”

El tío Toño rio.  “Siempre tengo pasajeros emocionados.  Por ejemplo, el último que llevé.  Un par de jóvenes estaban escalando una montaña cerca de aquí y uno de ellos cayó por un barranco y aterrizó en una saliente.  Quedó atrapado en un lugar complicado, donde nadie podía subir para ayudarlo, así que mi compañero y yo tuvimos que volar para rescatarlo.  ¡Ese sí fue un pasajero emocionado!”

“¿Cómo lo sacaron de ahí?”, preguntó Claudio.  “¿Había espacio para aterrizar?”

“No”, contestó el tío Toño, “pero este helicóptero tiene muchos equipos especiales, como esa canasta de rescate que ven ahí”.  Él señaló una gran canasta de metal, amarrada con una cuerda.  “Mientras yo me cernía con el helicóptero encima del lugar exacto, uno de mis compañeros bajó en la canasta donde estaba el hombre en la saliente.  Él lo metió en la canasta y lo subió nuevamente al helicóptero.  Ese hombre estaba mucho más feliz de estar a bordo que ustedes”.

Los niños se pusieron el cinturón de seguridad.  “¿Saben?  Nosotros nos parecemos a ese andinista”, comentó el tío Toño mientras movía algunos interruptores en el panel de instrumentos.  “Él era incapaz de salvarse a sí mismo y nosotros somos pecadores incapaces que tampoco podemos salvarnos a nosotros mismos”.

“Sí”, señaló Isaías.  “Esa canasta de rescate fue lo único que podía salvarlo ese día, y Jesús es el único que puede salvarnos, ¿verdad?”

“Exactamente”, afirmó el tío Toño.  “Él bajó a la tierra y murió en la cruz, para que podamos ser salvos.  Él es el único que puede rescatarnos del pecado y llevarnos a un lugar seguro, a Su familia”.

“Entonces deberíamos estar mucho más agradecidos que ese andinista”, contestó Claudio.  “Su vida en la tierra se salvó por un tiempo, pero Jesús nos salva por toda la eternidad”.

“Así es”, aseguró el tío Toño, acelerando los motores del helicóptero.  “Ahora, ¡prepárense para el despegue!”  – HARRY C. TROVER

SOLO JESÚS PUEDE RESCATARNOS DEL PECADO

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 3:15

PARA QUE TODO AQUÉL QUE CREE, TENGA EN ÉL VIDA ETERNA.

¿Sabías que Jesús vino a la tierra para rescatarte del pecado y de la muerte?  Él pagó el castigo por tus pecados en la cruz, para que puedas salvarte y tener vida eterna.  Él es el único que puede rescatarte de la muerte y llevarte a un lugar seguro en la familia de Dios.  Confía en Él como tu Salvador y dale las gracias por el regalo de la salvación.  (Haz clic aquí para que conozcas acerca de las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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