La búsqueda
—Oye, ¿a dónde fue Elena? —Jimena miró a su alrededor en el comedor. Ella y los demás campistas acababan de terminar su cena—. Estaba aquí hace un minuto.
Bianca también se puso a buscar.
—No la veo —afirmó—. De hecho, ¡no veo a ninguno de los consejeros! ¿A dónde fueron todos?
—¡Por favor, pongan atención todos! —la voz del señor Pablo, el director del campamento, se escuchó por los altavoces—. Quizá ya se dieron cuenta de que sus consejeros han desaparecido. ¡Todos se han escondido y tienen una hora para encontrarlos! Después nos reuniremos en el comedor cuando suene la campana.
Bianca y Jimena salieron en desbandada del comedor, con todos los demás, ansiosas por buscar entre los arbustos, bajo las canoas y detrás de los blancos del tiro con arco. Sin embargo, su emoción se convirtió en frustración porque los demás niños lograron encontrar a sus consejeros, pero no había señal de Elena.
Una hora después, el señor Pablo tocó el timbre y les hizo señas a los niños y a los consejeros encontrados para que se reportaran en el comedor. Ninguna de las niñas de la cabaña de Jimena había encontrado a Elena.
El señor Pablo se aseguró de que todos los niños habían regresado y luego tocó el timbre por segunda vez, haciéndoles señas a los consejeros que no habían sido encontrados para que salieran de sus escondites. Jimena y Bianca se quedaron asombradas cuando vieron que Elena salía de una caja grande de cartón que se encontraba junto al basurero del comedor.
—Creo que pasamos al lado de esa caja unas doce veces —se quejó Jimena—. ¡Nunca se me ocurrió que alguien pudiera estar ahí escondido!
Esa noche, cuando las niñas de la cabaña de Jimena se reunieron para el devocional, Elena habló sobre la búsqueda de los consejeros.
—A lo mejor han estado buscando a Dios y se sienten como hoy en la búsqueda de los consejeros —declaró—. Tal vez ni siquiera saben dónde buscar porque parece que no hay esperanza por ningún lado. Pero ¿saben una cosa? Dios no está escondido. ¡La Biblia dice que Jesús ya vino a buscarnos! Nosotros somos los que estábamos perdidos, no Dios. Jesús vino a la tierra y murió por nuestros pecados, para que podamos dejar de escondernos de Él y ser perdonados. Si has estado buscando a Dios, Él quiere que sepas que ya vino a buscarte. Pon tu confianza en Jesús.
DEBORAH S. MARETT
JESÚS VINO A BUSCARTE
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10
PORQUE EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.
¿Estás buscando a Dios? ¿Te cuesta encontrarlo en este mundo tan loco y triste? No necesitas seguir buscándolo, porque Él vino a este mundo loco y triste para buscarte a ti. El Señor se hizo humano, murió y resucitó para que puedas ser salvo. Confía en Jesús hoy mismo para que puedas tener esperanza y estar con Él para siempre. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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