Herramientas y talentos
—¿Sabías que Celeste se rehusó a unirse a nuestro coro? —preguntó Maya a su amiga Beatriz. Las niñas estaban hablando sobre su grupo de la iglesia mientras hacían galletas en la casa de Maya—. ¿No te parece terrible? —preguntó mientras aplanaba con el rodillo una sección de la masa—. Necesitamos a todos los chicos.
Beatriz suspiró.
—Lo sé. Kaori tampoco se va a unir, dice que no es buena para la música.
Maya negó con la cabeza.
—Me parece muy mal que la gente no quiera hacer cosas para el Señor —mientras rebuscaba en un cajón, su madre entró en la cocina—. Mamá, ¿cambiaste de lugar los moldes de las galletas? —preguntó.
—No —contestó la madre. Ella encontró un cuchillo para quesos y se lo entregó—. Usa esto.
Maya tomó el cuchillo sin poner atención y caminó hacia la mesa. Entonces bajó la mirada.
—¡Mamá! ¡No puedes darles forma a las galletas con un cuchillo para queso!
Su madre actuó sorprendida.
—Bueno, entonces toma esto —ella le entregó a Beatriz un par de tijeras—. O podrías utilizar la afeitadora de tu papá.
Beatriz sostuvo las tijeras, confundida y Maya frunció el ceño.
—Mamá, ¿de qué estás hablando? ¡Sabes que necesitamos los moldes para cortar la masa de las galletas!
La madre sonrió.
—Solo estoy tratando de mostrarles algo. De cierta manera, todas estas herramientas tienen el mismo trabajo: cortan algo. Y, sin embargo, sus trabajos son diferentes. Cada una sirve para su propósito particular —mamá le entregó los moldes de las galletas a Maya—. Los cristianos también somos así. De cierto modo, todos tenemos la misma tarea: compartir el amor de Jesús y llevar a otros hacia Él. Pero eso no significa que todos tengamos que hacer exactamente lo mismo. Cada uno de nosotros puede servir de diferentes maneras.
Maya se mordió el labio.
—Supongo que nos oíste hablar, ¿verdad?
Su madre asintió.
—La mamá de Kaori me contó que ella tiene problemas para oír. Por esa razón, le cuesta aprender la música. Pero vi unos afiches que ella ayudó a diseñar para el estudio bíblico de su madre y eran excelentes. A lo mejor ella quiera ayudarles a hacer afiches para su concierto del coro. Y sobre Celeste, parece que ella tiene el don de hacer que los nuevos chicos se sientan bienvenidos.
—Entonces, ¿todos tenemos talentos diferentes para hacer cosas distintas? —preguntó Beatriz.
Mamá asintió.
—Así que, en lugar de criticar, animemos a todos a servir a Jesús a su manera.
HAZEL W. MARETT
DIOS NOS DA UNA VARIEDAD DE TALENTOS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:6 (NTV)
DIOS, EN SU GRACIA, NOS HA DADO DONES DIFERENTES PARA HACER BIEN DETERMINADAS COSAS.
¿Crees que todos deberían servir a Jesús como tú lo haces? Recuerda que Dios ha dado diferentes talentos a las distintas personas. Todos los cristianos deberían servir al Señor, pero puede que no lo hagan a tu manera. ¡Eso está bien! Dios ha dado a cada persona sus propios dones para que los utilice para servirlo a El y para demostrar a otros Su amor. Deja que Dios sea quien decida lo que cada persona debe hacer.
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