Gatito rescatado

“¡Mamá!  ¡Pimiento se afiló las uñas en el sillón otra vez!”, gritó Emma cuando junto con su amiga Olivia entraron en la sala para jugar. 

“¡Oh, no!”, exclamó su madre al entrar para inspeccionar el sillón.  “Vamos a tener que comprar el poste rascador para gatos”.

“¿Cuándo lo trajeron?”, preguntó Olivia.  “Ni siquiera sabía que tenían un gato”.

“Hace un par de semanas lo encontramos maullando afuera de nuestra puerta durante una tormenta”, contestó Emma.  “Pusimos unos letreros, pero nadie reportó ningún gatito perdido, así que ahora es nuestro.  Lo llamamos Pimiento”.  La niña cargó al gato y acarició su pelaje.  “Cuando lo encontramos, tenía frío, estaba mojado, asustado y no dejaba de temblar”.

“Pobrecito”, expresó Olivia.

Emma asintió.  “Lo secamos con una toalla tibia y le dimos de comer.  Ahora tiene un hogar y una familia que lo ama”.

“Así es”, afirmó mamá.  Ella se dirigió al gatito.  “Pero debes aprender a no rasguñar los muebles”.  Entonces sonrió.  “Aunque creo que debo ser paciente con él, porque muchas veces los humanos somos así también”.

“¿Quién?  ¿Nosotras?”, preguntó Emma, fingiendo que se había ofendido.

“Sí”, respondió su madre, “¡todas nosotras!  Estoy segura de que ambas saben que, antes de ser salvas, estábamos en una condición peor que la de Pimiento.  Éramos pecadoras y no teníamos ninguna esperanza.  Cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, Dios perdonó nuestros pecados y nos dio una vida nueva.  Pero todavía hacemos cosas malas.  Así como Pimiento cede a sus instintos de afilarse las uñas en el sillón, nosotros cedemos ante nuestra naturaleza pecaminosa”.

“Entonces, ¿cómo podemos cambiar?”, preguntó Olivia.

“Sí”, señaló Emma.  “¿No dijiste que Pimiento puede aprender a no rasguñar el sillón?”

Mamá dijo que sí con la cabeza.  “Ya que Pimiento es ahora parte de nuestra familia, podemos enseñarle a que no sea destructor.  Y Dios también nos enseña a actuar como miembros de su familia.  Él nos da Su Espíritu Santo, el cual nos concede el poder para vivir piadosamente.  Todavía haremos cosas malas a veces, pero en esos casos, Jesús siempre nos perdona”.

“¡Así como perdonamos a Pimiento por rasguñar el sillón!”, exclamó Emma, acariciando la cabeza de su gatito.

Su madre asintió.  “¡Pero igual vamos a comprar el poste rascador!”  — HOLLY F. CEPEDA

DIOS NOS ENSEÑA A HACER LO CORRECTO

VERSÍCULO CLAVE: 2 PEDRO 1:3 (NVI)

SU DIVINO PODER, AL DARNOS EL CONOCIMIENTO DE AQUEL QUE NOS LLAMÓ POR SU PROPIA GLORIA Y EXCELENCIA, NOS HA CONCEDIDO TODAS LAS COSAS QUE NECESITAMOS PARA VIVIR COMO DIOS MANDA.

¿Estás aprendiendo cómo ser un miembro de la familia de Dios?  Todavía habrá veces que peques, pero si conoces a Jesús, el Espíritu Santo te enseñará a cambiar tu forma de vivir.  Dale gracias a Dios por hacerte parte de Su familia a través del sacrificio de Su Hijo, Jesús.  Dale gracias por el Espíritu Santo, el cual te da poder sobre el pecado.  Confía en que Él te guiará para que te apartes del pecado y hagas lo que es correcto.

Clave de Hoy
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