La adivinanza

“¡Oye, mamá!  ¿Conoces esta rima?”, preguntó Manuel desde el columpio a la entrada de la casa.  “Aquí está la iglesia.  Aquí está la torre.  Abre la puerta y la gente corre”.  El niño le mostró a su madre los gestos con las manos que iban con las palabras.

Su madre rio.  “Esa ya es vieja, pero sí me gusta.  Ven acá, tengo una adivinanza para ti”.

Manuel se deslizó para bajarse del columpio y caminó hacia donde su madre estaba de rodillas, trabajando en sus plantas florales.  Ella escribió en la tierra con su dedo.  IG_ _ _ IA.  “¿Sabes qué es?”, preguntó.

Manuel leyó las letras en voz alta.  “I, G, espacio, espacio, espacio, I, A”. El niño miró a su mamá.  “Eso no significa nada, ¿verdad?”

“Tienes razón, no significa nada”, respondió su madre.

“Ay, mamá”, exclamó Manuel.  “Entonces no es una adivinanza”.

“Es que no significa nada hasta que pongas unas letras muy importantes en esos espacios en blanco”, explicó su madre.  “¿Cuáles crees que son esas letras?  Puedes descifrarlo”.

Manuel frunció el ceño y estudió las letras escritas en la tierra.  “Bueno, si ponemos las letras L, E y S, se forma la palabra iglesia”, opinó.

“¡Adivinaste!  ¡Iglesia!”  Mamá sonrió.  “Parecía que no significaba nada, pero ahora ya tiene sentido.  ¡Y no es para que la gente corra!”

“Buena adivinanza, mamá”, expresó Manuel y después rio.  “Es verdad, la gente no debe correr de la iglesia, sino ser parte de ella”.

“Sí”, afirmó su madre.  “Todos nos apoyamos unos a otros para recibir ánimo, oración y fortalecimiento en nuestra fe”.

“Siempre supe que la iglesia era importante”, comentó Manuel, “pero nunca pensé en cuán importante es la gente para la iglesia”.

Mamá asintió.  “Tú eres importante y yo también.  Cada uno de nosotros es importante porque juntos todos los cristianos forman el cuerpo de Cristo.  Nosotros somos quienes mostramos al mundo quién es Jesús.  Cuando hacemos una pausa en nuestras vidas ocupadas para reunirnos con Jesús y otros miembros de Su familia en la iglesia, podemos encontrar el gozo en las oraciones, la música, las prédicas, las lecciones y la comunidad.  También podemos usar nuestros dones únicos para compartir el amor de Dios y animarnos unos a otros en nuestra fe”.

Manuel sonrió.  “Gracias, mamá.  ¡Lo recordaré porque eres una buena maestra!”  — JAN L. HANSEN

ERES IMPORTANTE PARA LA IGLESIA

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 18:20

PORQUE DONDE ESTÁN DOS O TRES REUNIDOS EN MI NOMBRE, ALLÍ ESTOY YO EN MEDIO DE ELLOS.

¿Te has dado cuenta de qué tan importante es que asistas regularmente a la iglesia?  Debes experimentar el gozo de adorar a Dios y aprender más sobre Él con otros cristianos.  También es importante que estés ahí porque eso anima y bendice a las personas se reúnen a adorar a Dios contigo.  Cada uno de nosotros es necesario mientras trabajamos juntos para ayudar que más personas sepan sobre Jesús y de Su amor por ellos.  ¡Eres importante en la iglesia!

Clave de Hoy
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