Funciona con amor
Janeth miraba por la ventana del automóvil, con su frente apoyada en el cristal. Su padre la vio de reojo. “¿Pasó algo hoy en la escuela?”, preguntó con delicadeza.
“No”, balbuceó la niña. “Todo está bien”. Pero no estaba bien. La mejor amiga de Janeth, Sara, la había ignorado toda la semana. Eso la molestó tanto que también comenzó a ignorar a Sara, y cuando esta trató de preguntarle a Janeth qué sucedía, ella le dijo groseramente que la dejara en paz.
Papá se frotó la frente. “Vamos a parar en la gasolinera antes de ir a casa, ¿está bien? Además, no te olvides de limpiar tu habitación. La mamá de Sara tiene cita con el médico mañana temprano, así que Sara se quedará a dormir en nuestra casa”.
“¿Qué? ¡No!”, exclamó Janeth.
Su padre se veía sorprendido. “¿Por qué no?”
Janeth suspiró. “No quiero que venga”.
Papá salió del automóvil. “Ven un segundo, hija”. Janeth obedeció de mala gana y caminó hacia donde estaba su padre, sosteniendo una botella de agua junto al dispensador de gasolina.
Ante la mirada confundida de la niña, papá respondió: “Estoy pensando en llenar el tanque del automóvil con agua, en vez de gasolina. Ambos son líquidos, así que debería funcionar, ¿verdad?”
“¡Por supuesto que no, papá!”, aseguró Janeth. “Tal vez funcione por un ratito, pero no por mucho tiempo. Incluso podría dañarse el motor”.
Papá sonrió y guardó la botella de agua. “Y así como este automóvil, todos necesitamos algo para seguir funcionando a lo largo del día”.
Janeth levantó una ceja. “¿Ah?”
“Si nos llenamos con enojo y amargura, pronto nos quedaremos dañados, nos sentiremos cansados y derrotados”, contestó su padre. “Sin embargo, si nos llenamos con amor, específicamente con el amor de Jesús, podemos ir muchísimo más lejos, como cuando llenamos el tanque del automóvil con gasolina. Pero, a diferencia del combustible en el carro, que se acaba después de un tiempo, el amor de Jesús por nosotros nunca se acaba. Debido a que Él nos ama tanto y nos ha dado Su Espíritu Santo para ayudarnos, podemos responder a otros con amor, aun cuando nos hacen enojar”.
Janeth suspiró. “Supongo que tengo que pedirle permiso a Sara y explicarle cómo me hizo sentir. No quiero perder su amistad”. La niña sonrió a su padre. “Y le voy a pedir a Jesús que me ayude a comunicar mejor mis sentimientos la próxima vez”. — GABRIELLA HSU
FUNCIONA CON EL AMOR ETERNO DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 13:5
[EL AMOR] NO SE PORTA INDECOROSAMENTE; NO BUSCA LO SUYO, NO SE IRRITA, NO TOMA EN CUENTA EL MAL RECIBIDO.
¿Cuáles son los sentimientos que te hacen funcionar? ¿Amor y gozo? ¿O enojo y amargura? Está bien que te enojes cuando alguien te haga daño, pero no uses esa ira para herir como retribución. Recuerda que Jesús te ama y te hizo una nueva criatura. Confía en que Él te llenará con Su amor que no se acaba. Debido a que Su Espíritu vive en ti, puedes amar a otros, aun cuando te hacen daño.
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