Fiesta sorpresa

—¿Qué pasa con Adriana? —preguntó Noé cuando su hermana mayor salió de la habitación—.  ¿Está triste por algo?

—Hoy es el día en que sus amigos de la universidad se van a su viaje misionero —le explicó su madre.

—Y ella, ¿por qué no fue? —inquirió Noé—. A ella le encanta ayudar a la gente.

—Porque le ofrecieron un trabajo para el verano y sintió que debía aceptarlo y trabajar lo más posible, para ayudar con los gastos de la universidad, ya que a tu padre pasó sin trabajo muchos meses este año.

—Entonces hagamos algo especial por ella, para que no se sienta tan mal —sugirió Noé—.  Ya sé… ¡Hagámosle una fiesta!  Una fiesta sorpresa familiar.

—¿Una fiesta para comunicarle que es especial para nosotras? —cuestionó mamá—.  Está bien.  Le prepararé su cena favorita y tú puedes decorar la sala.

—¿Qué tal si le damos un regalo? —sugirió Noé.

Su madre pensó por un momento.  —¿Y si le damos cupones?  Los llamaremos «cupones de amor».  Yo le haré uno con la promesa de arreglar su cama y prepararle el desayuno todos los días de esta semana, para que pueda dormir hasta más tarde.  Tú podrías lavar los platos cuando sea su turno.

Noé abrió los ojos del asombro.  —¡Tampoco vayamos tan lejos! —bromeó.

Mamá rio y le dio a su hijo un abrazo corto.  —Es una gran idea, Noé.  Dios dice que tenemos que demostrarnos amor unos a otros porque Él nos amó primero, y es exactamente lo que estás haciendo hoy —.  La madre se dirigió a la cocina.  —Será mejor que nos apuremos.  Tenemos mucho por hacer.

Esa tarde, cuando Adriana regresó a la casa después del trabajo, se paró en la puerta y miró a su alrededor.  La mesa estaba puesta con la mejor vajilla y había globos colgados de las lámparas. 

—¡Sorpresa! —exclamó Noé.

—¿De quién es el cumpleaños? —preguntó Adriana—.  ¡El mío no es hoy!

—No, pero eres especial —afirmó su hermano—, así que organizamos una fiesta para ti.

Después de disfrutar su comida favorita, Adriana tomó los cupones que su familia puso junto a su plato.

—Los amo y aprecio a todos —expresó después de leerlos.  Ella miró los platos sucios y despeinó cariñosamente a Noé.  —En especial te aprecio a ti esta noche, hermanito —indicó mientras sostenía en alto un cupón—.  ¡Hoy es mi turno de lavar los platos!  — BARBARA J. WESTBERG

DEMUESTRA EL AMOR CON ACCIONES

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:18 (NTV)

QUERIDOS HIJOS, QUE NUESTRO AMOR NO QUEDE SOLO EN PALABRAS; MOSTREMOS LA VERDAD POR MEDIO DE NUESTRAS ACCIONES.

¿Conoces a alguien que necesita que le animen?  Dios demostró Su gran amor por nosotros al enviar a Su Hijo, Jesús, a morir por nuestros pecados, y Él también desea que mostremos Su amor a los demás a través de nuestras acciones.  ¿Qué puedes hacer para que alguien se sienta amado y apreciado?  ¿Colaborar más con las tareas del hogar?  ¿Ayudarle a algún amigo con sus tareas de la escuela?  ¿Cortar el pasto de tus vecinos?  En cualquier situación, estarás demostrándoles el amor de Jesús.

Clave de Hoy
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