Estudiante de intercambio

“Qué buena obra de teatro”, comentó Ruperto, un estudiante de intercambio de México que vivía con la familia de Román en los Estados Unidos.  Estaban regresando a casa después de asistir a un programa de Navidad en la iglesia.  “Había oído mucho de la Biblia, pero jamás había ido a una procesión como esa”.

Román señaló algo.  “¡Mira!  Ahí hay gente cantando villancicos.  Van de casa en casa y comparten canciones de Navidad.  ¿Hacen eso en tu país, Ruperto?”

“No”, contestó Ruperto, “pero tenemos algo que llamamos ‘peregrinos’.  Como María y José, la gente va de casa en casa, fingiendo buscar un lugar donde quedarse.  Se planifica con anticipación para en la tercera casa en la que se detengan les dejen entrar. Hay una piñata lista para los niños y bebidas calientes para los adultos”.

“¡Parece divertido!”, opinó Román.

“Cuando lleguemos a casa, te mostraré algunas fotografías de esa y otras tradiciones que tenemos en Navidad”, indicó Ruperto.  Román asintió.  “Buena idea”.

Unas horas más tarde, Román y su papá estaban envolviendo regalos mientras Ruperto halaba con su familia en México.  “¿Te gusta que Ruperto se esté quedando con nosotros?”, preguntó el padre.

“Sí”, contestó Román.  “Estudiamos acerca de México en la escuela, pero aprender de ese modo no es lo mismo que conocer a alguien que viene de ese país.  Tener a Ruperto con nosotros y oír cómo explica lo que la gente hacía en las fotografías que me enseñó es una mejor forma de aprender”.  El niño ató un listó rojo en un paquete.  “Si solo hubiera leído sobre México sin conocer a Ruperto, no sabría ni la mitad de lo que ahora sé acerca de su cultura”.

Papá puso a un lado sus tijeras y la cinta adhesiva.  “¿Sabes?  Lo mismo pasa con conocer a Jesús.  Solo saber lo que la Biblia dice es muy diferente a tener una relación personal con Jesús y confiar en Él con cada parte de tu vida”.

“Sí”, afirmó Román, pensativo.  “Creo que deberíamos explicarle eso a Ruperto.  Parece que sabe un poquito sobre la Biblia, pero deberíamos asegurarnos de que entiende por qué Jesús murió y que él necesita conocerlo personalmente”.  El niño hizo una pausa.  “Trataré de platicar más con él cuando tenga la oportunidad”.

“Me parece una muy buena idea”, aseguró su papá.  “Yo haré lo mismo”.  – ANNA SOMERS

PUEDES CONOCER PERSONALMENTE A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 3:10 (NTV)

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¿Conoces personalmente a Jesús?  ¿Has puesto tu confianza en Él como tu Salvador y Señor?  Estudiar la Biblia es excelente, pero solo saber historias, hechos y versículos de la Biblia no es suficiente.  Debes entender que eres un pecador incapaz de ganar su propia salvación y que Jesús murió para pagar el precio para que tengas vida eterna.  Confía en Él como tu Salvador.  (Haz clic aquí para que conozcas acerca de las Buenas nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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