Espejo acusador

—A veces parece que la señorita Nieves sabe todo lo que hago —comentó Arturo cuando iban de regreso a casa, después de la iglesia—. Ella me miró de frente después de leer un versículo de la Biblia que mencionaba la mentira y… —el niño decidió que sería mejor no seguir y rápidamente cambió de tema—. Miren la cara de Doris.

Su madre rio.

—¿Qué estuviste comiendo, hija? —ella le entregó a la pequeña un espejo que sacó de su cartera.

—Tuvimos refrigerio en la escuela dominical —les contó Doris, mirándose al espejo y frotándose la boca.

Un poco más tarde, cuando se reunieron la almorzar, Arturo sonrió a su hermana.

—Todavía tienes chocolate en la boca, Doris —indicó.

La pequeña se levantó de un brinco.

—Lo olvidé —confesó mientras salía corriendo a lavarse la cara.

Arturo rio.

—¿Cómo pudo olvidarse de ir a lavarse la cara después de haberse visto en tu espejo? Yo no lo olvidaría.

—No estés tan seguro, hijo —afirmó mamá—. Creo que todos nos olvidamos a veces cómo nos vemos. Muchas veces me sorprendo cuando me veo en el espejo de la Palabra de Dios.

—¿El espejo de la Palabra de Dios? —repitió Arturo—. ¿Qué significa eso?

—Cuando leemos la Biblia, con frecuencia podemos observar cómo nos vemos a los ojos de Dios —explicó su madre—. Vemos las cosas que deberíamos, o que no deberíamos estar haciendo.

Arturo se quedó mirando la mesa al recordar los versículos que su maestra había leído.

—Si vemos nuestras faltas y las ignoramos, somos como Doris —agregó su padre—. No nos sirve de nada vernos al espejo, en nuestro caso, en el espejo de la Palabra de Dios, y ver nuestras faltas si no hacemos nada al respecto.

—¿Y qué deberíamos hacer? —preguntó Arturo.

Papá sonrió.

—La Biblia nos muestra cuánto necesitamos a Jesús. Nos cuenta cómo Él murió y resucitó para salvarnos del pecado, porque nunca podríamos habernos salvado a nosotros mismos. A través de Jesús tenemos el perdón del pecado y el poder para alejarnos de las cosas malas para hacer lo que es correcto.

Mamá asintió.

—Cuando la Palabra de Dios nos muestra algo que hicimos mal, debemos recordar que somos de Jesús y confesarle nuestros pecados. Él nos perdonará y nos ayudará a cambiar.

En ese momento, Doris regresó a la mesa.

—Ahora sí está limpia mi cara.

—Qué bien —expresó papá—. Demos gracias a Dios por los alimentos antes de comer.

BARBARA J. WESTBERG

LA PALABRA DE DIOS REVELA EL PECADO

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 4:12

PORQUE LA PALABRA DE DIOS ES VIVA Y EFICAZ, Y MÁS CORTANTE QUE CUALQUIER ESPADA DE DOS FILOS… ES PODEROSA PARA DISCERNIR LOS PENSAMIENTOS Y LAS INTENCIONES DEL CORAZÓN.

¿Qué ves cuando te miras al espejo de la Palabra de Dios? Si ves pecado en tu vida, no lo olvides ni trates de esconderlo. Dios ya lo sabe todo. Confiésale tu pecado a Jesús y pídele que te perdone. Luego confía en que Él te ayudará a hacer los cambios necesarios. Él te ayudará a apartarte de los caminos del pecado para que hagas lo correcto.

Clave de Hoy
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