Eres creación de Dios
Tana lanzó su abrigo a la silla y abrió de golpe la puerta del refrigerador. Agarró una botella de agua y bebió un sorbo.
“¿Cómo te fue en la audición?”, le preguntó su abuela.
“No quiero hablar de eso, abuelita”. Tana fue a la sala de estar y se dejó caer en el sillón.
Su abuela la siguió, se sentó en la mecedora y tomó su tejido. El choque de las agujetas era el único sonido en la sala. “¿Quieres contarme qué pasó?”
“¡No entré al equipo de porristas! Sé que es a causa de mi brazo”.
“¿Cómo lo sabes?”, preguntó la anciana.
“Porque fui tan buena o mejor que algunas de las niñas que sí fueron aceptadas en el equipo. No es justo. No es mi culpa que mi brazo izquierdo sea un muñón. ¿Por qué Dios permitió que esto me pasara?” Tana se limpió una lágrima.
Las agujetas de la abuela siguieron chocando entre sí. “Lo siento, hija. No sé por qué Dios permitió esa dificultad en tu vida, y estuvo mal que no te hayan elegido para el equipo por esa razón. Pero recuerda, nunca tienes que afrontar tus dificultades sola. La Biblia nos dice que Dios nos ha tejido, tal como yo tejo este suéter. Él te ama tal como eres y está obrando en tu vida para hacerte más como Jesús. Apóyate en el Señor; Él te sostendrá. Es lo que pasa cuando tejo esta lana, será más fuerte que si se quedara como un hilo suelto”.
Tana suspiró. “Es muy difícil ser diferente, abuelita. Las personas me tienen lástima porque soy diferente. Creen que yo no puedo hacer lo mismo que los demás y tienen miedo de desafiarme”.
“Si quieres un desafío, yo te daré uno”.
“¿Cuál? Ya sabes que no puedo tocar el piano”, contestó Tana con una sonrisa burlona.
“Te reto a mantener tus ojos abiertos para que veas las oportunidades en las que puedes ayudar a otras personas. Demuéstrales a los demás lo que puedes hacer”.
Unos días después, en esa misma semana, Tana llegó a la casa sonriendo. “Abuelita, ¡adivina qué sucedió hoy! Ayudé a una niña pequeña que estaba luchando con sus muletas para llegar al bus. Yo cargué su mochila y sus muletas mientras ella subía las gradas. Ella me dio las gracias y me sonrió”.
“¡Qué bien!”, exclamó su abuela. “Sigue mostrando a los demás que puedes hacer brillar la luz de Jesús”. — LORI HULVEY
DIOS TE AMA TAL COMO ERES
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 139:13 (NTV)
TÚ CREASTE LAS DELICADAS PARTES INTERNAS DE MI CUERPO Y ME ENTRETEJISTE EN EL VIENTRE DE MI MADRE.
¿Te preocupa ser diferente? ¿Te cuesta aceptar la forma en que te tratan los demás? Recuerda siempre que Dios te ama tal y como eres. Él te creó para que seas tú mismo y glorifiques a Dios a través de tus palabras y acciones. El Señor te salvó a través de Su Hijo, Jesús, el cual traerá fin a las dificultades que afrontas. Confía en que Dios te dará fuerzas para que puedas brillar para Él.
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