El virus

—¡Papá! —Stéfano se quedó mirando la pantalla de su computadora, consternado—. ¡Claudio me dijo que hay un virus en el juego que descargué! Podría arruinar el disco duro.

—¡Oh, no! —contestó su padre—. ¿Cuánto daño a hecho?

Stéfano gimió y se tapó los ojos.

—Todavía no sé.

—¿Qué es un virus? —preguntó Raquel, trepándose a la rodilla de papá—. ¿Eso no es lo que hace que te dé gripe?

—Sí, así es —afirmó su padre—. Cuando un virus entra en tu cuerpo, te puede hacer enfermar. Pero un tipo diferente de virus puede entrar en una computadora y, una vez que lo hace, puede propagarse y tomar control de los programas de tu ordenador, hasta que deje de funcionar.

—No sé cómo arreglar esto, papá —expresó Stéfano—. ¿Puedes ayudarme?

—Tampoco sé muy bien qué hacer —confesó su padre—. Pero tengo un amigo que trabaja con computadoras. Le voy a preguntar a él —papá sonrió a Raquel—. Debemos deshacernos de los virus lo más pronto posible, ya sea en una computadora o en nuestros cuerpos.

—Sí. Debemos tomar la medicina para sentirnos mejor —dijo Raquel mientras Stéfano apagaba la computadora.

La semana siguiente, la computadora estaba arreglada y le habían instalado un nuevo programa antivirus.

—Conozco dos clases de virus —anunció una tarde Raquel, mientras Stéfano usaba la computadora—. Hay los virus que enferman a una computadora y los que enferman a una persona.

—Conozco una tercera clase —aseguró papá—. El pecado es como un virus que hizo que todo el mundo se enfermara. Cuando las primeras personas que Dios creó, Adán y Eva, lo desobedecieron, el pecado entró en el mundo y lo infectó. Tomó el control de las mentes y corazones de las personas, por lo que hace que hagamos cosas egoístas y malas, en lugar de amar y obedecer a Dios.

—¿Podemos limpiarnos, como la computadora de Stéfano? —preguntó Raquel con los ojos bien abiertos.

—¡Sin duda, podemos! Tenemos algo mucho mejor que un programa antivirus. Jesús murió y resucitó de entre los muertos para salvar al mundo del pecado. Cuando confiamos en Jesús, Él quita nuestro pecado y nos hace nuevos, para que nuestros corazones funcionen como deberían. ¡Es como si Él nos diera un disco duro nuevo! A pesar de que todavía hacemos cosas malas a veces, podemos confesar y apartarnos de nuestro pecado, y Jesús nos perdonará y nos limpiará.

TANYA FERDINANDUSZ

JESÚS QUITA EL PECADO

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:9

SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONARNOS LOS PECADOS Y PARA LIMPIARNOS DE TODA MALDAD.

¿Sabías que el pecado es como un virus? Hace más daño de lo que podría hacer un virus en tu cuerpo o en tu computadora. El pecado nos separa de Dios y afecta todo lo que pensamos y hacemos, ¡pero cuando confiamos en Jesús, Él quita nuestro pecado y nos hace limpios! El Señor nos da un nuevo corazón y nos hace capaces de resistir a la tentación y de huir del pecado. Y cuando sí caemos en algún pecado y hacemos algo malo, podemos confesarlo que Jesús y Él nos perdonará.

Clave de Hoy
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