El repartidor de periódicos
“No es justo”, se quejó Carlos mientras entraba con Xavier a la cocina. “¡Soy tu propio hermano!”
Su madre levantó la vista. “¿Por qué están peleando?”
“Xavier le pidió a otro niño que le reemplace como repartidor de periódicos mientras se va de campamento”, le contó Carlos. “Pudo habérmelo pedido a mí. Él sabe que necesito el dinero”.
“Hace poco tiempo te pedí ayuda”, aseguró Xavier. “Te dije que pusieras todos los periódicos en los porches de las casas en caso de que lloviera, pero estabas tan impaciente por terminar, que solo los lanzaste a las casas, sin fijarte en dónde caían. Después llovió y mis clientes no estaban contentos”.
“Recuerdo que oí cómo Xavier te advirtió que sus clientes se quejan cuando se mojan sus periódicos”, afirmó mamá. “¡Entonces no debería sorprenderte que no quiera encargarte su responsabilidad como repartidor de periódicos por toda una semana!”
Carlos miró a su hermano. “Yo creo que él es malo conmigo”, balbuceó mientras salía enfadado.
Esa noche, durante el devocional, su padre leyó una historia que contó Jesús, sobre tres sirvientes a los que su amo entregó dinero para que lo administraran mientras se iba de viaje. “¿Qué pasó con los sirvientes que fueron fieles con sus responsabilidades?”, preguntó papá.
“Recibieron una recompensa”, contestó Xavier.
“Sí. ¿Y qué pasó con el que no cumplió con sus responsabilidades?”, preguntó el padre, mirando a Carlos.
“Eh…” Carlos no podía dejar de pensar en lo irresponsable que había sido al repartir los periódicos de Xavier. “Lo regañaron y le quitaron lo poquito que le habían dado”.
“Correcto”, indicó papá. “Es un buen recordatorio para que nos examinemos a nosotros mismos y veamos cómo manejamos nuestras responsabilidades. Como cristianos, tenemos obligaciones en el Reino de Dios. Es nuestra responsabilidad vivir de una manera que demuestre a los demás que hemos sido salvados por Jesús y que apunte a las personas hacia Él. Cuando cumplimos fielmente con las responsabilidades que Él nos da en la vida, incluso las tareas más simples, servimos al Señor y mostramos a los demás cómo es Él”.
“En verdad no fui tan fiel cuando hice que todos los clientes de Xavier se enojaran con él”, pensó Carlos. “Quiero hacer mejor las cosas. Entonces Xavier volverá a confiar en mí y tal vez volverá a pedirme que le reemplace como repartidor de periódicos”. — CAROLYN E. YOST
SIRVE FIELMENTE A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 16:10 (NTV)
SI SON FIELES EN LAS COSAS PEQUEÑAS, SERÁN FIELES EN LAS GRANDES; PERO SI SON DESHONESTOS EN LAS COSAS PEQUEÑAS, NO ACTUARÁN CON HONRADEZ EN LAS RESPONSABILIDADES MÁS GRANDES.
¿Eres fiel en las cosas pequeñas? ¿O solo tratas de terminarlas lo más rápido que puedas? Como cristianos, tenemos la responsabilidad dirigir a las personas a Jesús y mostrarles Su amor, y cuando servimos fielmente a los demás, incluso en lo más pequeño, trabajamos para el Reino de Dios. Demuestra a otros el amor y la fidelidad de Jesús al ser fiel en todas tus tareas.
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