El poder de la oración
“¿Qué vamos a hacer?”, preguntó Emilia mientras ella y su mamá compartían papitas fritas en el patio de comidas del centro comercial, un sábado por la tarde. Ya habían pasado varias horas de compras, buscando un vestido que ella pudiera usar en el concierto de la escuela. Emilia era alta para su edad y nada le quedaba bien. Para colmo de males, el papá de Emilia había perdido su trabajo un par de meses antes, y la familia vivía con un presupuesto limitado.
“¿Qué tal si nos tomamos un momento para orar por esto?’, sugirió su madre.
“¿En serio?”, preguntó Emilia. “Creí que solo orábamos antes de comer, o en la iglesia, o cuando alguien está enfermo, como cuando a la abuela le dio neumonía”.
“Sin duda, oramos en esos momentos”, contestó mamá. “Pero Dios nos ama y le importa todo lo que ocurre en nuestras vidas, las cosas grandes y pequeñas, y desea que oremos por todo”.
“Guau”, expresó Emilia. “Nunca me había dado cuenta de que podía hablar con Dios de cualquier cosa”.
“Es cierto”, aseguró su madre. “Después de todo, Jesús es nuestro amigo. Y no desarrollas una relación con un amigo si no hablas con Él. ¡Lo mejor de todo es que Él promete que nos ayudará en toda situación! Es la razón por la que lo primero que deberíamos hacer cuando tenemos un problema es llevárselo a Él en oración, en lugar de tratar de solucionarlo por nuestra cuenta. Podemos confiar en que Él hará lo que sea mejor”.
“¡Oremos, entonces!”, exclamó Emilia. La niña inclinó su cabeza y oró. “Amado Jesús, por favor, ayúdanos a encontrar un vestido que podamos pagar. Y gracias por amarme y por invitarme a acudir a Ti en cualquier momento, para cualquier cosa”.
Unos días después, Emilia y su mamá encontraron un vestido que estaba dentro de su rango de precios. Estaba un poquito corto, pero su abuela accedió a alargarlo para el concierto.
Durante la noche de la presentación, Emilia recibió varios halagos por su lindo vestido. “Estoy tan feliz porque mi oración no fue insignificante para Dios y Él contestó”, les comentó a sus padres de camino a casa. “¡Ahora solo quiero darle las gracias y contárselo todo!” — SARAH CHILD
PERO ANTES, ORA
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 4:6
POR NADA ESTÉN AFANOSOS; ANTES BIEN, EN TODO, MEDIANTE ORACIÓN Y SÚPLICA CON ACCIÓN DE GRACIAS, SEAN DADAS A CONOCER SUS PETICIONES DELANTE DE DIOS.
¿Sabías que puedes hablar con Jesús de cualquier cosa, en cualquier lugar, en cualquier momento? Él te ama tanto que desea oír sobre todo lo que sucede en tu vida: tus preocupaciones, tus temores, tus esperanzas, tus sueños y cualquier otra cosa que quieras contarle. Él te ayudará con tus problemas y te guiará a hacer lo que es mejor. ¡Habla con Él hoy mismo!
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