El perro y la puerta
Caleb y su padre salieron a caminar cuando papá se detuvo a platicar con un hombre que trataba de arreglar un automóvil. Mientras conversaban, Caleb notó que había un perro muy grande en el jardín, detrás de la casa. “Hola”, saludó a la mascota. “Pareces un chico amigable”. El can lo ignoró, así que el niño abrió la puerta y entró en el jardín. Al acercarse al perro, oró un feroz gruñido. El perro ya no se veía amigable, ¡y venía hacia él! Asustado, Caleb se dio la vuelta y empezó a correr.
El can ladraba furiosamente sin dejar de acercarse. Caleb se puso a buscar un lugar donde el perro no pudiera seguirlo, cuando oyó que el hombre gritaba: “¡Atrás, Dormilón!”
Entonces Caleb oyó la voz de su padre. “¡Ven aquí, Caleb! La puerta está en esta dirección”. El niño se dirigió rápidamente hacia su papá. Corrió a través de la puerta y el padre la cerró antes que el perro pudiera seguirlo.
“¡Qué alivio! ¡Eso estuvo cerca!”, exclamó Caleb. El niño miró al dueño. “Lo siento. No debí entrar ahí”.
El hombre asintió. “Veo que es necesario que ponga un candado en esa puerta. Lamento que Dormilón te haya asustado”.
En pocos minutos, papá y Caleb se pusieron nuevamente en marcha. “Me asusté mucho cuando ese perro empezó a correr hacia mí. Ni siquiera podía pensar en dónde estaba la puerta, pero cuando te oí gritar, solo corrí en esa dirección y ahí la vi”. El niño miró a su padre. “Estaba tan feliz de verte y de encontrar la salida”.
Papá sonrió. “Quizá lo que sucedió aquí es la respuesta a la pregunta que me hiciste a noche. Me preguntaste por qué parece que los cristianos no pueden dejar de pecar, ¿recuerdas?” El niño asintió. “Bueno, quizá es porque no hacen lo mismo que tú. Huiste del perro y los cristianos debemos huir del pecado. Había una salida para ti y también hay una salida cuando somos tentados a pecar. Corriste hacia mí y los cristianos debemos correr hacia Jesús. Debemos recordar que somos Sus hijos. Él nos ha dado el poder para decirle no al pecado y siempre provee un camino para escapar de la tentación”.
“Entonces, huimos de lo que nos tienta y corremos hacia Jesús”, afirmó Caleb. “Creo que ya lo entiendo. Gracias, papá”. El niño miró hacia atrás. “¡Y gracias, Dormilón!” — SHERRY L. KUYT
HUYE DEL PECADO: CORRE HACIA JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 10:13
DIOS.. NO PERMITIRÁ QUE USTEDES SEAN TENTADOS MÁS ALLÁ DE LO QUE PUEDEN SOPORTAR, SINO QUE CON LA TENTACIÓN PROVEERÁ TAMBIÉN LA VÍA DE ESCAPE.
¿Te cuesta decirle no al pecado? Cuando sientes la tentación de hacer algo malo, ¿huyes de eso? ¿O piensas en cuánto podrías disfrutarlo? Si conoces a Jesús, el pecado no tiene poder sobre ti. Siempre puedes decir que no y el Señor siempre provee una vía de escape. Cuando sientas la tentación de pecar, corre hacia Jesús y confía en que Él te mostrará la salida.
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