El huevo poderoso
—¿Qué hay hoy para desayunar? —preguntó Julia cuando ella y su hermano, Juan, se sentaron a la mesa un domingo por la mañana.
—Tocino y huevos cocidos —respondió su madre—. Pero si alguien quiere su huevo preparado de otra forma, podría hacerlo también.
Después de dar gracias a Dios por los alimentos, empezaron a comer. Julia sostuvo un huevo y lo miró, pensativa.
—El huevo poderoso —murmuró—. En la clase de ciencias, aprendimos sobre los huevos, sobre cómo la cáscara de un huevo es lo suficientemente fuerte para la gallina pueda sentarse sobre él sin romperlo. Protege al pollito de muchos peligros. A causa de la forma redonda de la cáscara, es muy fuerte cuando se lo golpea desde afuera. De hecho, la forma del huevo hace que sea difícil romperlo al apretarlo con la mano.
—Pero ¿qué me dices de la vez en que comimos en ese restaurante donde te sientas alrededor de una mesa grande y miras cómo preparan tu comida? —preguntó Juan—. El chef rompió los huevos para freírlos, apretándolos. Yo estoy seguro de que también podría hacerlo. ¿Me dejas intentarlo, mamá?
—Tal vez otro día —dijo su madre.
—Entonces, ¿cómo es que este pollito tan indefenso puede romper un cascarón tan fuerte? —preguntó su padre.
—Lo picotea para salir, ¿verdad? —declaró Juan.
Julia asintió.
—Sí. Aprendimos que la cáscara resiste muy bien la presión desde afuera, pero se rompe fácilmente cuando se la picotea desde adentro.
—Se parece mucho a lo que sucede con la iglesia —observó mamá—. Cuando los cristianos están unidos, juntos en amor, somos más capaces de resistir la persecución y la presión externa. Pero cuando comenzamos a criticarnos y a picotearnos unos a otros, nuestra comunidad puede romperse.
—Es una buena lección para que todos recordemos cuando nos sintamos tentados a ser críticos, especialmente con los demás cristianos —aseguró su padre—. Ninguno de nosotros es perfecto, pero Jesús nos ama de todas maneras y dio Su vida para salvarnos. Y Él nos dio la iglesia, la familia de Dios formada por todos los que confían en Jesús, para que podamos fortalecernos unos a otros con Su amor.
—Es verdad —la madre miró a su alrededor en la mesa—. Hablando de la iglesia, será mejor que terminemos rápido de comer para poder irnos.
—¡Sí! —exclamó Juan con una sonrisa—. Si Dios quiere que Su iglesia esté unida en amor, ¡no queremos llegar tarde!
SHERRY L. KUYT
AMA, NO CRITIQUES
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 4:11 (NTV)
YA QUE DIOS NOS AMÓ TANTO, SIN DUDA NOSOTROS TAMBIÉN DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS.
¿Tienes el hábito de criticar a otros, incluyendo a tu familia de la iglesia? Una actitud crítica no es correcta en un cristiano. Jesús nos ama tanto que dio Su vida para que podamos ser salvos y quiere que tú demuestres Su amor a otros, especialmente a los demás cristianos. Cuando nos amamos de esta manera, podemos permanecer firmes frente a la presión del mundo que nos rodea. En lugar de buscar los errores de los demás, busca la forma en que puedes demostrarles el amor de Dios.
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