El evangelio en acción

—Mamá, no sirve de nada —se quejó Mónica—. He tratado una y otra vez de invitarle a Freya a la iglesia con nosotros, pero no quiere.

Aurora, la hermana gemela de Mónica, asintió.

—Y yo he tratado de darle una Biblia y algunos libros cristianos que pensé que podrían gustarle, pero ni siquiera los mira.

—Incluso he tratado de hablarle de Jesús —agregó Mónica—. Pero solo me dice que no está interesada. Ni siquiera me escucha.

—Entonces, ¿cómo podrá escuchar el evangelio para saber que Jesús la ama y murió para salvarla? —preguntó Aurora.

La madre sonrió a sus hijas.

—Bueno, ella las tiene a ustedes, ¿verdad?

—Pero, mamá —respondió Aurora—, acabamos de decirte que ella no nos oye ni lee lo que le damos.

—Bueno, tal vez ella no escuche el evangelio como nosotros lo hacemos, oyéndolo en la iglesia o leyendo la Biblia —explicó su madre—. Pero espero que sí lo vea y lo oiga al conocerlas mejor a ustedes.

Las niñas se miraron y fruncieron el ceño.

—No entiendo —expresó Mónica.

—Ustedes saben que algunos de los libros del Nuevo Testamento, llamados epístolas, en realidad son cartas escritas a las iglesias, ¿verdad? —preguntó mamá.

—Sí, creo que nuestra maestra en la iglesia nos enseñó eso una vez —dijo Aurora.

Su madre asintió.

—Y todas esas cartas, que son parte de la Palabra de Dios, son inspiradas por Dios mismo, ¿cierto? —las niñas asintieron—. Bueno, ¿sabían que la Biblia también dice que cada una de ustedes es una carta de Cristo? —preguntó mamá.

Las dos niñas levantaron las cejas.

—¿Qué significa eso? —preguntó Mónica.

—Significa que hablar no es la única manera de compartir el evangelio —contestó su madre—. Cuando la gente ve cómo viven, es probable que las estén leyendo. Cuando viven de tal manera que demuestran el amor de Dios a los demás, podrán tocar los corazones de las personas y hacer que quieran conocer qué es lo que les hace diferentes. Esto abriría la puerta para que ustedes, o alguna otra persona, les cuente las Buenas Nuevas de Jesús cuando estén listos para escucharlas.

TANYA FERDINANDUSZ

COMPARTE EL EVANGELIO CON TU VIDA

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 3:2

USTEDES SON NUESTRA CARTA, ESCRITA EN NUESTROS CORAZONES, CONOCIDA Y LEÍDA POR TODOS LOS HOMBRES.

¿Crees que la única manera en que puedes compartir el evangelio es hablando para contar a alguien que Jesús murió por él o por ella? Contar las Buenas Nuevas de Jesús es una parte muy importante para compartir el evangelio, pero también puedes compartirlo con la forma en que vives. La próxima vez que un amigo se rehúse a escucharte cuando hables de Jesús, no te desanimes. Más bien, permite que esa persona vea cómo Jesús ha cambiado tu corazón por medio de palabras amables y acciones amorosas. Cuando tu amigo vea el evangelio en acción, puede que después de un tiempo quiera oírlo también en palabras.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *