El cuerpo para ser porrista

“Tatiana, ¿en verdad vas a hacer la prueba para ser porrista?”, preguntó Jimena.

“¡Sí!”, respondió la niña.  “¡Estoy tan emocionada!”

Jimena rio.  “Las porristas son delgadas, Tatiana, no gordas como tú.  ¡Hazle a tu cuerpo un favor y cósete los labios para que no puedas comer más!”

La niña se quedó perpleja.  Se apresuró a regresar a su casa y fue directo a su habitación, sin comer su bocadillo habitual después de la escuela.  “Tengo muchas tareas”, le dijo a su madre antes de cerrar la puerta.

Más tarde, su hermano tocó la puerta.  “La cena está lista y tienes una deuda conmigo.  ¡Mamá me hizo poner la mesa aunque era tu turno”.

“Lo siento.  ¿Le puedes decir a mamá que no tengo hambre?  Es que… es que comí mucho en el almuerzo”.

“Está bien.  ¡Más tacos para mí!”, exclamó su hermano.

Tatiana gimió.  “¡Tacos!  Mi comida favorita”, pensó mientras su estómago hacía ruidos. 

Después de la cena, la madre de Tatiana entró en su habitación.  “Hija, ¿estás bien?  ¿Cómo te fue con las pruebas para ser porrista?”

Tatiana rompió en llanto, así que su mamá la abrazó mientras lloraba.  “Mamá, dime la verdad”, le pidió la niña.  “¿Soy gorda?”

“¿Qué?  ¡No!  ¿Quién te dijo que estabas gorda?”

“Jimena me dijo que era demasiado gorda para ser porrista”, le contó Tatiana.

“¿Por eso no quisiste cenar?”, le preguntó su madre.  La niña asintió.  “Hija, muchas niñas de tu edad creen equivocadamente que necesitan perder peso.  Tu cuerpo todavía se está desarrollando, así que hacer locuras como dejar de comer podría afectar tu salud.  Además, el peso no tiene que ver solamente con la comida; también depende de la actividad, la altura y la estructura de los huesos.  Dios creó a las personas con diferentes contexturas en sus cuerpos, y todas son una muestra de Su bondad.  En el Salmo 139:14, el salmista dice: ‘Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son Tus obras, y mi alma lo sabe muy bien’”.

“No me siento maravillosa”, expresó Tatiana.  “Quisiera que Dios no me hubiera hecho gordita”.

“No eres gordita.  Estuvo muy mal que Jimena te haya dicho eso.  ¡Eres maravillosa porque eres la hija del Rey!  Dios te creó y Jesús murió para salvarte.  Pero, ya que estás preocupada, conversemos con la doctora García.  Si ella dice que debes bajar de peso por tu salud, ella te ayudará a hacerlo de una forma sana.  Pero no vuelvas a dejar de comer, ¿está bien?”  Tatiana asintió.  “Muy bien”, dijo su madre.  “Ahora ven conmigo.  Te guardé un taco”.  —  TERESA AMBORD

DIOS TE HIZO MARAVILLOSAMENTE

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 139:14

TE DARÉ GRACIAS, PORQUE ASOMBROSA Y MARAVILLOSAMENTE HE SIDO HECHO; MARAVILLOSAS SON TUS OBRAS, Y MI ALMA LO SABE MUY BIEN.

¿Alguna vez te has cohibido por tu cuerpo o tu apariencia?  A todos nos pasa en algún momento.  Cuando eso suceda, recuerda las opiniones de otras personas no son nada en comparación con la forma en que Dios te ve.*  Él te creó y Jesús murió y resucitó para que puedas ser Su hijo o hija amada.  ¡Él cree que eres una maravilla!

*Si alguien te está diciendo cosas hirientes sobre tu cuerpo o tu apariencia, cuéntaselo a un adulto de confianza.

Clave de Hoy
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