El cervatillo
—Monse, ven despacio y mira por la ventana —le dijo su madre.
Por la ventana de la sala, Monse y su madre observaron cómo una mamá venada dejaba a su cervatillo en un lugar donde había hierbas altas.
—El cervatillo se quedará ahí todo el día hasta que su madre venga por él esta noche —explicó mamá.
—¡Se ve tan dulce! ¿Podemos salir a verlo? —preguntó Monse.
Su madre negó con la cabeza.
—Debemos estar alejadas para que la mamá venada no tenga miedo de regresar.
Monse miró varias veces por la ventana durante el día para mirar al cervatillo. Finalmente, casi al anochecer, vio a la mamá venada que caminaba hacia el bosque con su bebé.
Cuando Monse se acostó en su cama, pensó en el cervatillo y en cuán seguro parecía. No se veía asustado ni preocupado. Confiaba en su mamá y sabía que regresaría por él. «Quisiera ser igual de valiente», pensó la niña, mirando la luz de su lámpara. «Pero tengo miedo de muchas cosas, especialmente de la oscuridad».
Cada mañana, cuando Monse se levantaba, miraba por la ventana para ver al cervatillo y a su madre, pero no regresaron. La niña se sentía un poco decepcionada por no volver a ver al cervatillo, pero le alegraba saber que ahora era lo suficientemente grande como para buscar comida con su madre.
Una noche, durante la cena, Monse mencionó cuán valiente parecía el cervatillo.
—Quisiera ser valiente también —confesó—. Pero tengo tanto miedo de la oscuridad.
—¿Sabes, hija? —comentó mamá—. Jesús dice en la Biblia que Dios sabe y está pendiente de incluso cuando un pequeño gorrión cae al piso. Después dice: «No tengan miedo; ustedes son más valiosos para Dios que toda una bandada de gorriones». Dios es nuestro Padre celestial que nos ama y cuida, y quiere que confiemos en Él, tal como el cervatillo confiaba en su mamá. Aun cuando sucedan cosas que nos causan miedo, el Señor está con nosotros. Oremos y démosle gracias a Dios porque podemos confiar en Él cuando tenemos miedo.
Monse asintió e inclinó su cabeza. Esa noche, cuando apagó las luces, recordó que su Padre celestial estaba cuidándola, tal como la mamá venada cuidaba de su cervatillo. Ya no había nada qué temer.
LISA FULLER
CONFÍA EN DIOS CUANDO TENGAS MIEDO
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 26:3-4 (NTV)
¡TÚ GUARDARÁS EN PERFECTA PAZ A TODOS LOS QUE CONFÍAN EN TI, A TODOS LOS QUE CONCENTRAN EN TI SUS PENSAMIENTOS! CONFÍEN SIEMPRE EN EL SEÑOR, PORQUE EL SEÑOR DIOS ES LA ROCA ETERNA.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste miedo? ¿Qué hiciste? El Salmo 56:3 nos recuerda que debemos poner nuestra confianza en Dios cuando sentimos miedo. Isaías 26:4 nos dice que Dios es nuestra Roca eterna, es decir, que es digno de confianza, que nunca cambia, que es fiel, poderoso y siempre está presente. Así que, la próxima vez que sientas miedo, recuerda que puedes confiar en la Roca eterna y confiar en Su paz y protección.
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