El camino correcto
—Jasón, ¿estás seguro de que estás en el camino correcto? —pregunto mamá con voz preocupada. La familia estaba manejando por unas montañas escabrosas con pinos altos a cada lado. El camino se estaba volviendo más angosto y no habían visto casas ni automóviles por bastante rato.
—Bueno, estaba seguro de que era el camino corriendo —respondió papá—. Pero ahora me están entrando las dudas. Ya teníamos que haber llegado al campamento. Veamos el mapa en mi celular —mientras el padre detenía el automóvil, la madre abrió la aplicación con el mapa. Ambos estudiaron la pantalla—. Aquí está el pueblo donde pusimos gasolina —dijo papá apuntando a un punto en el mapa—. Y ahí es adonde queremos llegar —él movió sus dedos por la pantalla para agrandar la imagen—. ¡Oh, no! —exclamó—. Pensé que el campamento estaba en esta carretera, pero hay un desvío aquí. Tenemos que regresar.
En el asiento trasero, Jonatán y Estela se miraron el uno al otro y empezaron a refunfuñar.
—Estamos cansados —se quejó Jonatán—. ¡Hemos estado tanto tiempo en el automóvil!
—Sí —agregó Estela—. ¡Estas vacaciones no están comenzando muy bien!
—Oh, por favor, niños —indicó mamá—. Hoy la pasamos muy bien y no nos tomará mucho tiempo regresar.
Cuando finalmente llegaron al campamento, papá y los niños armaron la carpa mientras mamá hacía sándwiches. ¡Qué deliciosos estaban! Cuando terminaron, el padre sacó su celular.
—Hay una cosa más que debemos hacer antes de dormir —afirmó antes de hacer clic en un icono con una Biblia en la pantalla—. Hoy cometí un error cuando no miré a tiempo el mapa. Cuando lo revisé, pudimos volver al camino correcto. Y al igual que un mapa, la Biblia es nuestra guía por la vida. Nos muestra nuestra necesidad de Jesús y cómo podemos tener una relación con Él, y nos ayuda a conocer mejor al Señor y cómo desea que vivamos como hijos de Dios. Si dejamos de leerla, es probable que nos encontremos perdidos en la dirección equivocada en nuestras vidas, y ese es un error mucho más grande. Leamos juntos la Biblia y pidámosle a Dios que la use para guiarnos en nuestro caminar con Jesús.
BEVERLY KENNISTON
LEE Y SIGUE LA PALABRA DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:105 (NTV)
TU PALABRA ES UNA LÁMPARA QUE GUÍA MIS PIES Y UNA LUZ PARA MI CAMINO.
¿Estás siguiendo las direcciones de Dios? Necesitas de Su guía todos los días mientras vas por la vida. Una de las maneras en que Él nos dirige es a través de Su Palabra, la Biblia. Pero, si no la lees, nunca sabrás lo que dice. Forma el hábito de leer al menos unos versículos cada día, y pon atención cuando la leas y la estudies con otros cristianos en tu casa o en la iglesia. Después piensa en lo que dice y confía en que Dios te ayudará a seguir Sus direcciones.
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