El ático de la abuela

—¡Oh, mira esto! —exclamó la tía Jessica mientras limpiaba el ático de la abuela con Melania—. ¡Aquí hay una caja de recuerdos de cuando estaba en el bachillerato!

Melania tomó un par de lentes para el sol de color verde neón de la caja y se los puso.

—¿Por qué guardaste estos lentes?

—Tomás me los dio después de ganarlos en la feria del condado —contestó la tía Jessica con una sonrisa—. No había pensado en él en muchos años.

Mientras revisaba las demás cosas de la caja, le contó a Melania sobre cada artículo y cómo lo había obtenido.

—¿No te olvidas de algo, tía Jessica? —preguntó Melania—. ¡Todo lo que ves te recuerda de algo! Tu cabeza debe estar mucho más llena de cosas que este ático.

La tía Jessica rio.

—Bueno, he oído de personas que nunca se olvidan de nada. Todas nuestras experiencias quedan guardadas en nuestro cerebro, pero a veces se necesita algo como una caja de cosas viejas para traerlas a la parte de la mente en la que podemos recordarlas —ella estiró los brazos—. Y, no sé tú, pero yo me siento cansada. Tomemos un descanso.

Tía y sobrina fueron a la cocina para comer un bocadillo.

—¿Qué tienes en tu ático, Melania? —preguntó la tía Jessica mientras comían. Melania se puso a pensar en el ático de su casa, pero la tía se inclinó hacia adelante y le dio palmaditas en la frente a su sobrina—. Lo que quiero decir es, ¿qué tienes guardado aquí arriba? No había visto las cosas guardadas en el ático de la abuela por años, pero me trajeron buenos recuerdos. Al igual que su ático, tu mente también está guardando cosas.

—Sí, supongo que eso es verdad —comentó Melania—. A veces me viene a la mente una canción, ¡aun si no la he oído por mucho tiempo!

La tía Jessica asintió.

—Lo mismo pasa con los versículos de la Biblia. Aunque no hayas pensado en un versículo en particular por años, algo podría traerlo a tu mente de repente. Entonces, ¿tienes muchos de versículos de la Biblia guardados en tu cerebro?

Melania se encogió de hombros.

—Trato de aprender todos los que pueda.

—Una vez que los recuerdos estén en su lugar, las cosas que vemos u oímos pueden traerlos de recuerdo —aseguró la tía Jessica—. Cuando memorizas la Palabra de Dios, Él puede usar a personas y eventos para traerla a tu mente cuando la necesites. Esa es una de las formas en que el Espíritu Santo te ayuda cada día.

CATHERINE RUNYON

MEMORIZA VERSÍCULOS DE LA BIBLIA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:16

NO OLVIDARÉ TU PALABRA.

¿Alguna vez has visto u oído algo que te recordó un versículo que te habías aprendido? Al memorizar la Palabra de Dios, la guardas en tu mente y la haces parte de tu vida. Cuando necesitas ayuda o ánimo, el Espíritu Santo puede usarla para recordarte del amor, la verdad y las promesas de Dios. Sigue leyendo la Biblia y memorizando versículos, y la Palabra de Dios vendrá a tu mente cuando la necesites.

Clave de Hoy
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