El amor de Dios nunca se desvanece

La mamá de Nicolás suspiró después de cerrar el teléfono.

—Era la policía.  Me acaban de informar que tu abuelito salió de una tienda sin pagar por sus cosas.

—¡Oh, no! —exclamó Nicolás—.  ¿Está en problemas?

—El abuelo les dijo que no era su intención robar… es solo que se olvidó de pagar —contestó su madre.

El niño se veía preocupado.

—El viernes el abuelo se olvidó dónde puso sus llaves y pasó todo el día buscándolas.  Hoy no pagó por sus cosas y terminó en la estación de policía.  ¿Qué le está pasando, mamá?

—La policía sospecha que tu abuelito tiene demencia —indicó la madre—.  La tienda no presentará cargos en su contra.

—¡Qué alivio! —expresó Nicolás—.  Pero ¿qué es demencia?

—Es una condición que causa pérdida de memoria y habilidad para pensar —explicó mamá—.  Es más común en los ancianos.

—Espera un momento —dijo Nicolás—.  Creo que mi compañero Isaac mencionó que su  abuelita tiene demencia.  El otro día se quejaba porque ella ya no lo reconoce.

—Eso debe ser muy difícil para Isaac —opinó la madre—.  Pero a veces es muy significativo el simplemente estar ahí.  Puede que su abuelita no lo recuerde, pero estoy segura de que todavía puede sentir cuánto su nieto la ama.

Nicolás sintió que las lágrimas llenaban sus ojos.

—No quiero que el abuelo nos olvide.

—Yo tampoco —admitió mamá—.  Haremos nuestro mejor esfuerzo para ayudar a tu abuelo y apoyarlo.  Escuché que hay actividades mentales, como jugar ajedrez y otros juegos de mesa, pueden ayudar a desacelerar la pérdida de memoria.

—¿Ajedrez?  ¡Me encanta el ajedrez!  Definitivamente puedo jugar con el abuelo —aseguró Nicolás con una sonrisa.

—¡Qué bien!  Estoy segura de que el abuelo estará feliz de jugar contigo.  Pero aun si la memoria de tu abuelito siguiera empeorando y llegase a olvidarnos algún día, recuerda que Dios nunca se olvidará de él.  Jesús sabe lo que el abuelo está viviendo y nunca lo abandonará.  Su amor nunca se desvanece.

Mientras subían en el automóvil, Nicolás preguntó:

—¿Podemos orar y pedirle que Dios que le sane a mi abuelito?

—Sí, hagámoslo mientras vamos de camino a la estación de policía —señaló mamá—.  Pero si Dios no sana al abuelo ahora, sabemos que un día Jesús le dará un nuevo cuerpo, un cuerpo que nunca envejecerá ni se enfermará.  Recordemos esa verdad mientras ayudamos al abuelo y le recordamos del amor de Dios.

KELLY CHOY

EL AMOR DE DIOS NUNCA SE DESVANECE

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 73:26

MI CARNE Y MI CORAZÓN PUEDEN DESFALLECER, PERO DIOS ES LA FORTALEZA DE MI CORAZÓN Y MI PORCIÓN PARA SIEMPRE.

¿Conoces a alguien que tenga demencia?  Es difícil pensar en que nuestros seres queridos pierdan la memoria y quizá no nos recuerden en el futuro.  Pero no te desanimes.  A pesar de que su memoria se desvanezca, el amor de Dios por esa persona nunca se desvanecerá.  Puedes hacerle acuerdo del amor del Señor al estar ahí para apoyar a tu ser querido y orar por él.  Si esa persona confía en Jesús, Él nunca lo olvidará ni lo abandonará.

Clave de Hoy
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