El abuelo y Dios

Sergio refunfuñó mientras la bola de boliche se deslizaba lentamente hacia la izquierda y rodaba al canalón.  “Estoy seguro de que hubieras preferido que me quedara en casa”, aseguró, desplomándose en la silla junto a su abuelo. “Ni siquiera he derribado un solo bolo”.

El abuelo sonrió y levantó su bola de boliche.  “Algunos días son así.  A mí tampoco me está yendo bien.  Solo pensemos en divertirnos y no nos preocupemos del puntaje”.

“A ti te va mejor que a mí”, señaló Sergio.  “Odio cuando no puedo hacer nada bien”.  El niño suspiró.  “Probablemente yo te doy mala suerte”, balbuceó mientras la bola del abuelo esquivaba el bolo del centro.

“Oh, no, no me das mala suerte”, señaló el abuelo.  “Yo me las arreglé para fallar los tiros sin tu ayuda”.

Mientras se cambiaban los zapatos unos momentos más tarde, el abuelo preguntó: “¿Qué te parece si vamos a comer una hamburguesa con papas fritas?”

“Me parece muy bien”, contestó Sergio.  “¡Me muero de hambre!”

Salieron del edificio y caminaron por el estacionamiento.  “Ninguno de los dos hizo un buen puntaje hoy, pero lo disfruté mucho de todas maneras”, afirmó el abuelo.  “¿Sabes por qué?”  Sergio negó con la cabeza.  “¡Porque estoy contigo!”, expresó el anciano.  “Quisiera haber tenido un mejor puntaje, porque eso habría sido más divertido para ti.  Pero lo que es importante para mí es estar contigo porque te amo”.  El abuelo sonrió a su nieto y el niño le devolvió la sonrisa, mientras subían al automóvil.  “Puede que haya veces en que te sientas desanimado si no eres el mejor estudiante de la clase”, continuó el abuelo, “o el corredor más rápido o la persona más popular de la escuela o…”

“O si no puedo derribar los bolos en el boliche”, agregó Sergio.

El abuelo rio.  “Eso también, pero siempre recuerda que te amo y Dios también te ama.  De cierto modo, Dios y no nos parecemos, porque ambos te amamos tal como eres, no por lo que haces.  Y eso también incluye las cosas malas que hagas.  Dios nos ama aun cuando pecamos.  Esa es la razón por la que envió a Su Hijo, Jesús, para morir por nosotros. Ninguno de nosotros es lo suficientemente bueno como para estar con Dios, porque Él es perfecto, pero nos ama tanto que ideó la manera para que tengamos vida eterna con Él”.  El abuelo encendió el motor.  “Ahora vamos por esas hamburguesas!” RICHARD S. MAFFEO

DIOS SIEMPRE TE AMA

VERSÍCULO CLAVE: JEREMÍAS 31:3

CON AMOR ETERNO TE HE AMADO.

¿Alguna vez has sentido que no puedes hacer nada bien?  Dios te ama, pase lo que pase.  No depende de lo que hayas hecho y no hay nada que puedas hacer para ganar el amor de Dios.  A pesar de que eres pecador, Él envió a Su Hijo para que tome el castigo por tus pecados, de modo que puedas pasar la eternidad con Él.  ¡Él te ama tanto así!

Clave de Hoy
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