Dulzura oculta

Pierina se encogió de hombros mientras tomaba un sorbo de su vaso.  “¡Guácala!  Esta limonada no está buena”, dijo.  “Está muy agria”.

“Qué raro”, contestó su mamá.  “Es de la misma marca que siempre hemos usado.  Quizá no le pusiste suficiente azúcar”.

“¡Sí le puse!  ¡Estoy segura!”  Pierina miró su vaso y frunció el ceño.  “Esta limonada me recuerda a Mara.  Ella también es agria”.

“¿Te refieres a Mara Jiménez, de la iglesia?”, preguntó mamá.  “Ella siempre me ha parecido una niña muy dulce”.

“Antes era dulce, pero ya no”, respondió Pierina.  “Desde que no entró en el equipo de fútbol, se ha portado muy mala gente y grosera con todos… especialmente con las niñas que sí entraron al equipo”.

“Mmm… Bueno, no seas tan dura con ella”, le aconsejó su mamá.  “La decepción es algo doloroso y seguramente se sintió muy triste”.

Pierina hizo un gesto de desdén, tomó nuevamente su vaso y probó otro sorbo de limonada.  Hizo una mueca mientras lo tragaba, y entonces miró a la jarra que estaba en la mesa.  De repente, se dio cuenta de lo que había pasado.  “¡Ya sé por qué esta limonada está tan agria!  Puse suficiente azúcar en la jarra, pero me olvidé de mezclarla.  Se puede ver el azúcar en el fondo”.  Pierina sacó una cuchara, mezcló la limonada y la probó nuevamente.  “¡Ahora sí está mucho mejor!”

Mamá sonrió.  “Toda la azúcar estaba en el fondo de la jarra, así que la limonada estaba agria hasta que mezclaste la dulzura al batirla.  Esa también podría ser la solución con Mara.  A veces, los cristianos podemos perder de vista la dulzura del amor de Dios cuando vienen las dificultades.  A lo mejor puedas agitar un poco la vida de Mara y ayudarle a recordar quién es ella en Jesús”.

“¿Cómo puedo hacerlo?”, preguntó Pierina.

“En primer lugar, ora por ella”, señaló mamá.  “Luego muéstrale compasión y comprensión.  Escúchala si quiere hablar… a veces eso es todo lo que hacía falta para que se sienta mejor.  Recuérdale que Jesús le ama y se preocupa por lo que ella está atravesando.  Y muéstrale que a ti también te importa”.

“Está bien”, dijo Pierina.  “¡Voy a ver si puedo agitarla!” SUZANNE M. DALY

RECUÉRDALES A OTROS DEL AMOR DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:12

REVÍSTANSE DE TIERNA COMPASIÓN, BONDAD, HUMILDAD, MANSEDUMBRE Y PACIENCIA.    

¿Alguna vez has tenido a algún amigo o amiga que se volvió amargo?  Puede ser molesto cuando el comportamiento de una persona cambia de repente, pero no actúes con indiferencia o enojo.  En lugar de eso, mezcla la dulzura del amor de Dios al mostrarles la misma paciencia y bondad que Jesús te muestra a ti cuando estás amargado.  Escúchale, ora por esa persona y permite que vea que tanto tú como Dios se preocupan por él o ella.

Clave de Hoy
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