Dos clases de granos

Patricia y Akira observaban cómo la bolsa de palomitas rotaba lentamente en el microondas. Esperaron hasta que el sonido de los granos que reventaban terminó, antes de sacarla y dejar que se enfríe. Estaban en una fiesta de la iglesia y la señorita Martínez les había pedido que hicieran palomitas para todos.

Akira se metió un puñado de palomitas en la boca.

—¡Qué delicia! —pero un momento después, se sacó de la boca un grano duro de maíz—. ¡Ups! —exclamó—. Este no se reventó.

Cuando se terminó la fiesta, la señorita Martínez llamó a los niños y sostuvo dos granos de palomitas en su mano; el uno era pequeño, duro y seco, y el otro era esponjoso y blanco como la nieve.

—Me preguntaba —comentó la señorita Martínez— cuántos de nosotros somos como estos granos reventados y cuántos somos como los granos duros —ella sonrió al ver las expresiones de confusión en las caras de los niños—. Como pueden ver —continuó—, nos parecemos mucho a estas palomitas. Cuando los calentamos en el microondas, la humedad dentro de los granos se convirtió en vapor y eso causó que la mayoría de ellos reviente. Cambiaron mucho, ¿verdad?

Los niños asintieron.

—Pero ¿cómo se parecen las palomitas a nosotros?

—Bueno, cuando la gente oye las Buenas Nuevas de Jesús y responden por medio de confiar en Él, hay un cambio en ellos —explicó la señorita Martínez—. Dios dice que se convierten en personas nuevas. Hay un cambio en su actitud y sus deseos que lleva al amor y a la preocupación por otros.

Patricia levantó su mano.

—Mi tío recibió la salvación hace unos meses, y realmente es diferente ahora. Pero no estoy segura de si yo soy diferente o no.

La señorita Martínez asintió.

—La pregunta es: ¿crees que Jesús es el Hijo de Dios que se hizo humano para morir por tus pecados, es decir, las cosas malas que has hecho, y que después volvió a la vida para que pudieras vivir con Él para siempre? ¿Quieres confiar en Él como tu Salvador? Si tu respuesta es sí, Él pondrá un nuevo deseo en tu corazón para conocerlo mejor y vivir de una manera que demuestre Su amor a los demás —ella miró a los niños del grupo—. Examinen sus corazones. Si todavía no han cambiado, como este grano duro, pueden convertirse en personas nuevas al confiar en Jesús hoy mismo.

HAZEL W. MARETT

PUEDES SER UNA NUEVA PERSONA EN CRISTO

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 5:17 (NTV)

TODO EL QUE PERTENECE A CRISTO SE HA CONVERTIDO EN UNA PERSONA NUEVA. LA VIDA ANTIGUA HA PASADO; ¡UNA NUEVA VIDA HA COMENZADO! 

¿Tu vida ha sido cambiada por Dios? Si recibiste la salvación cuando eras pequeño, puede que no hayas notado muchos cambios obvios. Pero si confías en Jesús, Él ha puesto un deseo en tu corazón que una persona no salva no tendría: el deseo de hacer la voluntad de Dios y de demostrar Su amor a los demás. ¿Lo has experimentado? Si no, pon tu confianza en Jesús hoy mismo; Él te cambiará y te hará una nueva persona. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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