Después de Copito de Nieve

Bigotes, el gatito de Luis, saltó por los aires y dio un manotazo al cordón que el niño mecía de un lado para el otro.  “No me importa lo buena gente que sea Tobías; nadie potra tomar jamás el lugar de papá”, le dijo Luis al tío Patricio.  “No quiero tener un padrastro”, expresó suspirando.  Su padre había fallecido unos años atrás, y ahora su mamá se iba a volver a casar.

“Tobías no está tratando de tomar el lugar de tu padre, Luis”, afirmó el tío Patricio.  “Es un buen hombre que ama a tu mamá y quiere apoyarte también a ti”.

“No me importa”, exclamó Luis.  “Él no es mi papá, así que lo mejor será que deje de tratar de hacer que me parezca a él”.

Cuando Bigotes se cansó del cordón, saltó al regazo de Luis y ronroneó.  El niño sonrió y acarició la cabeza del gatito.

“¿Hace cuánto tiempo murió tu primer gato?”, preguntó el tío Patricio.

“¿Copito de Nieve?  Hace algunos meses”, respondió Luis con tristeza.

“Eso pensé, por eso me sorprende que trates a Bigotes de ese modo”, señaló el tío Patricio.  “Eres tan cariñoso con él como eras con Copito de Nieve”.

Luis frunció el ceño.  “¿Y qué?  ¿Qué tiene eso de malo?”

“¿No extrañas a Copito de Nieve?”, preguntó el tío Patricio.

“Claro que sí”, contestó Luis, “pero Copito ya se fue y ahora tengo a Bigotes.  Es un gato diferente, pero es especial a su manera.  Estoy feliz de tenerlo”.

El tío asintió.  “Entiendo, y creo que es similar a tu situación con Tobías.  No creo que él esté tratando de ser igual a tu papá.  Él sabe que amabas a tu padre y nunca trataría de tomar su lugar.  Pero si le das una oportunidad, creo que estarás feliz de tenerlo como parte de tu familia.  Más que eso, puesto que Tobías ama a Jesús, él ya es parte de tu familia cristiana.  Me parece que Dios lo puso en tu vida para ayudarte a sanar y para mostrarte cuánto te ama.  A cambio, tú puedes demostrarle a Tobías el amor de Dios, dándole una oportunidad y respetándolo como tu padrastro”.

Luis miró al gatito que ronroneaba en su regazo.  “Está bien, tío Patricio”, murmuró.  “Supongo que lo puedo hacer”. – SUSAN ARCAND

RESPETA A TUS PADRASTROS

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 3:8 (NVI)

VIVAN EN ARMONÍA LOS UNOS CON LOS OTROS; COMPARTAN PENAS Y ALEGRÍAS, PRACTIQUEN EL AMOR FRATERNAL, SEAN COMPASIVOS Y HUMILDES.

¿Tienes un padrastro o una madrastra?  La mayoría de los padrastros se esfuerzan mucho por llenar un puesto muy difícil.  Saben que nunca podrán reemplazar a tu mamá o a tu papá, pero pueden ser una maravillosa presencia y ayuda en tu vida, especialmente si conocen a Jesús.  Recuerda que Jesús está contigo en todos los cambios que afrontas en la vida y confía en que Él te ayudará a mostrar amor a tu padrastro o madrastra.

Clave de Hoy
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